Sánchez Piñol espera "bofetadas de todos los lados" con su novela sobre 1714

  • Es consciente de los riesgos que corre narrando la guerra de Sucesión de 1714 por lo que tiene de "sagrado" en el imaginario catalán, pero Albert Sánchez Piñol se ha adentrado en la época para armar "Victus", con la que cree que recibirá "bofetadas de todos los lados", según ha dicho hoy a Efe.

Irene Dalmases

Barcelona, 9 oct.- Es consciente de los riesgos que corre narrando la guerra de Sucesión de 1714 por lo que tiene de "sagrado" en el imaginario catalán, pero Albert Sánchez Piñol se ha adentrado en la época para armar "Victus", con la que cree que recibirá "bofetadas de todos los lados", según ha dicho hoy a Efe.

Diez años después del éxito mundial que supuso "La piel fría", el escritor barcelonés vuelve al primer plano literario cual "guerrillero solitario" con una obra de 600 páginas en castellano sobre la guerra de Sucesión y el asedio a la Barcelona de 1714, con una visión diferente a la del "esencialismo romántico".

Le dio vueltas al relato hasta que se puso a escribirlo en castellano y entonces todo fluyó. El novelista asevera que no ha inventado ninguno de los acontecimientos que narra, aunque sí destaca que todo lo que ocurre en el ámbito privado de sus personajes es fruto de su imaginación.

"La historia de 1714 es poliédrica y lo que yo he escogido es el punto de vista de alguien que cuenta los hechos desde abajo, con una visión catalana de los hechos, con un tono que incluso roza la grosería. Leída en Madrid no sé qué puede causar esta novela, porque el punto de vista es el de un catalán, aunque también desmitifico muchas cosas defendidas por el catalanismo", explica.

En este sentido, remarca que a lo largo del texto deja muy claro el papel "poco afortunado de las clases dirigentes catalanas, con actos que son casi de traición" y por el contrario ensalza "el gran protagonismo de las clases populares en la defensa de Barcelona, por el que siempre se ha pasado de puntillas".

Asimismo, negro sobre blanco deja claro desde su primera aparición que Antonio de Villarroel era un militar castellano, a pesar de haber nacido en Barcelona, que no hablaba catalán y que murió tras defender la ciudad hasta el final, frente a Rafael Casanova que aquí no sale muy bien parado.

Para Sánchez Piñol, "Villarroel es el héroe más anónimo de nuestro tiempo".

Por otra parte, deja claro que refuta todo lo que denomina como el "revisionismo españolista" que "interpreta de forma perversa los campos semánticos de aquella época".

El también antropólogo defiende que, "evidentemente, cuando dicen que los barceloneses de aquella época no luchaban por la independencia de Cataluña tienen razón, pero se olvidan de decir que lo que hacían era luchar por las libertades y las constituciones catalanas, porque lo otro era peor", en referencia al rey Felipe V.

Respecto a algunas críticas que ya ha recibido por haber redactado el texto en castellano, el escritor insiste en que por "factores irracionales" la historia solo funcionaba en ese idioma.

"Se me ha llamado pesetero, pero eso es falso. Porque con esta obra hubiera podido ganar mucho dinero, pero ni me he cambiado de editorial (sigue en La Campana) ni me he presentado a ningún concurso literario", apostilla.

Con los derechos de autor vendidos para que se pueda traducir en breve al francés, ruso, alemán, holandés -en Latinoamérica se encargará Alfaguara de su edición-, Piñol indica que a "los lectores holandeses o rusos les dará igual si la primera versión es en castellano o catalán". "Lo importante es que por primera vez leerán los hechos de 1714 en una novela", precisa.

Además, ya se han vendido los derechos a Brutal Media para poder convertir "Victus" en película, aunque en este punto es prudente porque este tipo de proyectos necesita una financiación de envergadura y el momento no es el más idóneo en este sentido.

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