Saura homenajea al flamenco

  • El flamenco está más de moda que nunca. La UNESCO acaba de reconocerlo como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y el cine le ha hecho un hueco en la cartelera de esta semana. De la mano de Carlos Saura, el viernes se estrena 'Flamenco, flamenco'. Una visión personal del director, que ha contado con la colaboración de grandes nombres y jóvenes talentos.
El maestro Paco de Lucía en 'Flamenco, flamenco'
El maestro Paco de Lucía en 'Flamenco, flamenco'
Altafilms
M. J. Arias

Una cámara, un tablao y mucho arte sobre él. Ése ha sido, básicamente, el planteamiento de Carlos Saura para rodar 'Flamenco, flamenco'. En su nuevo trabajo, el director revisa un arte que acaba de ser reconocido por la UNESCO en un documental donde cuenta con grandes maestros y jóvenes pupilos. Juntos repasan qué es y qué significa el flamenco como mejor saben hacerlo, bailando y cantando sobre un escenario.

Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar, José Mercé, Estrella Morente y Sara Baras acompañan a Miguel Poveda, Israel Galván, Eva la Hierbabuena y tantos otros nuevos artistas del género. Todos ellos protagonizan 'Flamenco, flamenco'. Un viaje al interior de un arte que intentan mostrarlo al público tal y como es. Sin artificios ni guiones de ficción. Casualidades de las fechas, el nuevo trabajo de Carlos Saura coincide en el tiempo con el reconocimiento recibido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO.

La película, un musical que desglosa los entresijos del flamenco con la particular visión de Saura, ha reunido a parte del equipo que ya participó, hace 10 años, en 'Flamenco'. Con más años, más experiencia y una visión distinta, este personal proyecto repasa los distintos aspectos y estilos de un arte complejo y completo con siglos de historia. "Me parece que introducir algo más que la belleza de la música y el baile delante de la cámara ¡es una traición a la pureza de este arte!", asegura el director sobre su documental. Todo un ejercicio de fuerza y empuje en el escenario de un baile, un cante, un estilo de vida que parece atravesar su mejor momento.

Un arte con siglos a cuestas

La estancia en Andalucía de culturas tan diversas y ricas como la árabe, la sefardí y la gitana fue el caldo de cultivo para uno de los artes más característicos, no sólo del sur de España, sino de todo el país. El mestizaje de esta práctica centenaria ha contribuido a su difusión por el mundo, capaz de llegar y conquistar lugares tan remotos como Japón. Allí más de 60.000 alumnos aprenden a bailarlo, cantarlo y vivirlo.

El flamenco ha llegado hasta nuestros días gracias a la transmisión oral y a los clanes gitanos. Si no hubiese sido por ambos, este arte ahora reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad podría haber caído en el olvido. Sus raíces están también unidas íntimamente al llamado 'quejío', esa forma tan propia de expresión de los andaluces que utilizan para expresar el dolor, sus males y quejas.

Pero en la historia del flamenco, que tantas luces vive ahora, también ha habido sombras. Como cuando los llamados 'señoritos' andaluces lo degradaron a un simple pasatiempo de sus fiestas nocturnas. Por suerte para los amantes de esta cultura, en los sesenta revivió gracias a los tablaos recuperando su esplendor. Desde entonces, puede decirse que no ha hecho más que ganar adeptos, expandirse y, como colofón, convertirse en patrimonio de todos. Ahora, reconocido a nivel mundial, se le presenta un panorama enriquecedor de apertura social y descubrimiento.

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