Soboczynsky reivindica el valor civilizatorio del fingimiento y el disimulo

  • El escritor polaco Adam Soboczynsky defendió hoy el valor civilizatorio que tienen el disimulo y el fingimiento en un libro que entronca con la tradición de la filosofía moral que estableció con maestría el español Baltasar Gracián (1601-1658).

Alberto Cabezas

Guadalajara (México), 3 dic.- El escritor polaco Adam Soboczynsky defendió hoy el valor civilizatorio que tienen el disimulo y el fingimiento en un libro que entronca con la tradición de la filosofía moral que estableció con maestría el español Baltasar Gracián (1601-1658).

En "El arte de no decir la verdad" (Anagrama, 2011) Soboczynsky (Torun, Polonia; 1975) cita a Gracián ("Y adelante el arte lo que comenzó la naturaleza") y refiere 33 historias que ayuden al lector a desenvolverse con habilidad en un mundo plagado de trampas e intrigas.

En entrevista con Efe Soboczynsky explica que con la obra ha tratado de recalcar que "el disimulo es en gran medida parte de la civilización", algo que han hecho distintos autores a partir del siglo XVII.

Baltasar Gracián, autor de "El Criticón" (1651-1657), lo fue también del "Oráculo manual. El arte de la prudencia" (1647), una obra donde analizó el comportamiento de los cortesanos de su tiempo y les ayudaba a "sobrevivir" recomendándoles determinadas buenas costumbres.

Maestro de la filosofía moral, Gracián influyó en autores posteriores como los filósofos alemanes Walter Benjamin (1892-1940) y Arthur Schopenhauer (1788-1860), y se nutrió de obras de Michel de Montaigne (1533-1592) y el italiano Baltasar de Castiglione (1478-1529).

"Estaba fascinado (con el trabajo de Gracián) y traté de escribir algo para el presente", explicó Soboczynsky, quien considera el arte del fingimiento" parte de una "tradición milenaria" muy rica.

Las historias están dedicadas a aprender al mundo de hoy, a cómo "engañarse a sí mismo", "rechazar consideradamente a las mujeres enamoradas", "controlar los arrebatos", al arte de "abandonar la fiesta en el momento justo", a seducir y a fingir, como se hace de alguna manera con "el amable saludo a un compañero de trabajo que no nos cae bien", señala el autor.

Como primer guiño a los lectores Soboczynsky dice que todos los relatos "ocurrieron exactamente o casi como se relatan", con algunas modificaciones menores de las personas, "en ningún caso sus rasgos o su profesión, como tampoco el lugar en el que transcurre la acción".

La obra es aguda e irónica de principio a fin. Soboczynsky señala que "el mundo ha cambiado" pero "todas las estrategias básicas (de disimulo) son de algún modo antropológicas e independientes del tiempo en que uno vive.

Según Soboczynsky en el siglo XVII "arte" no era lo que hoy entendemos por esa palabra sino que tenía el sentido de "técnica", algo que aplicado al fingimiento tiene que ver con "cuándo es inteligente mostrar cuándo estás enfadado", o cuando actuar de un modo u otro.

"La idea es transformar todas esas prácticas del siglo XVII a nuestro tiempo porque estamos viviendo en un mundo muy similar a aquel. Gracián habla siempre de 'flexibilidad', de pensamiento y reacciones rápidas, esto es lo que dice la gente que hay que hacer en este tipo de mundo capitalista en el que vivimos, cargado de estrés", afirma.

La obra se mofa además de los manuales de buenas costumbres "a través de un narrador autoritario que te dice exactamente qué debes hacer".

"Es una mezcla de ficción y no ficción, en cierto modo", asegura, de una obra que considera que "no es un típico libro alemán".

En Alemania, donde el autor vive desde los cinco años, plantea todo un desafío a gente que "es directa y trata de ser auténtica todo el tiempo", y que en la obra conoce que hay otra manera de actuar.

Finalmente Sobczynski afirma que no le gusta hablar de "hipocresía", una palabra "muy moral" y "negativa" si se le asigna a lo que él trató de hacer en su libro.

El escritor y periodista de Die Zeit, quien vive en Berlín y escribe en alemán, ha obtenido el premio de periodismo Axel Springer (2005) y en 2007 publicó su primera novela, "Polski tango", para después continuar con "El arte de no decir la verdad", que vio la luz en 2008 en Alemania.

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