Sombras egipcias iluminan en la Noche en Blanco de Madrid

  • Madrid.- Las marionetas del teatro de sombras de la compañía cariota Wamda han iluminado la Noche en Blanco de Madrid en un espectáculo que recupera una tradición egipcia que se remonta diez siglos atrás.

Sombras egipcias iluminan en la Noche en Blanco de Madrid
Sombras egipcias iluminan en la Noche en Blanco de Madrid

Madrid.- Las marionetas del teatro de sombras de la compañía cariota Wamda han iluminado la Noche en Blanco de Madrid en un espectáculo que recupera una tradición egipcia que se remonta diez siglos atrás.

Cientos de personas fueron testigos anoche en la sede de la Casa Árabe de Madrid de una representación que nació antes de la llegada de los califas fatimíes a Egipto (969-1171) como un medio de protesta política y social.

Una idea que sigue vigente hoy en día ya que el teatro de sombras pretende recalcar la importancia de las culturas locales en una sociedad contaminada de costumbres importadas.

"Se trata de reanimar el teatro popular egipcio a través de una practica que estaba muerta y que mil años después se le ha devuelto a la vida", ha explicado a Efe Nabil Bahgat, director y fundador de la compañía Wamda.

De esta manera, la compañía egipcia se ha sumado a la cita anual de los madrileños con el ocio y la cultura, y que en esta ocasión han abarrotado la capital de España con casi un millón de personas en sus calles más emblemáticas.

Ajeno al bullicio general, en la noche madrileña, el teatro de sombras se sirve de un pequeño escenario formado por una pantalla en donde son proyectadas las figuras de las coloristas marionetas, que sumergen a los asistentes en una atmósfera de magia e intimismo.

Y si el espectáculo busca rescatar y transmitir el patrimonio local, la historia, como no podía ser de otro modo, es narrada en árabe, un hecho que no ha condicionado la atención del público gracias a la traducción simultánea que ha aliviado a más de uno.

Porque el relato lo merece. 'Ali Al Zibaq' es una historia sencilla que gira entorno un personaje popular egipcio, transmitida por generaciones pero cuyo texto no ha perdido vigencia dado que hace un llamamiento contra el uso de la violencia y la fuerza, dos temas plenos de actualidad.

Debido a ello, no es de extrañar que el texto fuese escrito como homenaje a los niños iraquíes.

Aunque el espectáculo, siglos atrás, estaba concebido para los más pequeños, hoy en día son los adultos quienes más han participado junto a los niños de la representación y de la creación de sus protagonistas:las marionetas o araguz.

Y es que la compañía de El Cairo ha habilitado un pequeño taller contiguo al escenario donde los asistentes aguardaban una larga cola para poder convertirse en parte activa del espectáculo mediante la realización de las marionetas, hechas en cuero coloreado.

Toda una sala de operaciones en donde los miembros de la compañía han diseccionado sus creaciones para que después los asistentes les dieran forma, unieran sus articulaciones y pintaran el cuero antes de poder llevárselas como recuerdo.

Aquí se cumple otro de los objetivos del teatro de sombras egipcio, al hacer extensible al público el arte de la manipulación y fabricación de marionetas.

"La gente si lo toca no es como verlo, tiene que involucrarse y participar", añadió Nabil Bahgat, escritor y director de la obra, basada en un cuento popular egipcio, quien imparte clases en la Facultad de Artes Dramáticas de la Universidad de Helwan, en El Cairo.

Es la manera de este profesor de rendir homenaje a las artes egipcias autóctonas y contribuir a la formación de nuevos artistas que preserven oficios tradicionales vinculados al patrimonio cultural egipcio.

La Compañía Wanda ha organizado espectáculos por todo el mundo y sus marionetas han actuado en países como Grecia, Francia, Estados Unidos, Tunez o Turquía.

"Es nuestro particular renacimiento cultural al alcance de todos", destaca su creador.

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