Sordos superan sus limitaciones bailando salsa en Puerto Rico

  • Una veintena de jóvenes sordos puertorriqueños ha aprendido a bailar salsa gracias a su afán de superación, a un buen maestro y a la ayuda de una intérprete.

San Juan, 15 nov.- Una veintena de jóvenes sordos puertorriqueños ha aprendido a bailar salsa gracias a su afán de superación, a un buen maestro y a la ayuda de una intérprete.

"Tengo un buen maestro, me ha enseñado bien los pasos y yo estoy viendo a las personas; los copio, más o menos cojo el paso y practico. Queremos que vean que los sordos también podemos hacerlo", aseguró a Efe Edwin Quiñones, de 28 años, uno de los alumnos de Rafael Cancel, que dirige el grupo de baile Cambio en Clave.

A Quiñones, que luce con orgullo una camiseta con la palabra salsa, el baile le emociona, anima y quita el mal humor que normalmente sentía y proyectaba hacia los demás.

El joven es unos de los 200 alumnos, oyentes y no-oyentes, que asisten a las clases que Cancel dicta en el atrio del Coliseo de Puerto Rico José M. Agrelot de San Juan, el principal escenario de conciertos y otros espectáculos en la isla caribeña.

La inclusión de sordos en clases de salsa es "algo nuevo en Puerto Rico" y ha sido enriquecedor para todos, subrayó el maestro de baile, quien esta convencido de que todo el mundo puede bailar, hasta los que tienen "dos pies izquierdos".

Cancel destacó que la música "rompe las barreras y las deshace por completo", pues de esa manera los oyentes pueden conocer por primera vez a una persona sorda y que, a pesar de que no pueden comunicarse a través de la comunicación oral, lo pueden hacer a través del baile.

"A través del baile tienen una experiencia que se la gozan a millón, así que si una persona tiene dos pies izquierdos, pues no hay excusa para bailar e integrar la sociedad", reconoció.

En las clases los bailarines sordos tienen la ayuda de Marina Martínez que traduce al lenguaje de señas cada palabra que Cancel dirige al grupo de baile Cambio en Clave.

"Es un reto, pero es bien bueno porque me ayuda a integrarlos a la música y a la salsa, que era lo que queríamos", enfatizó Martínez, hija de padres sordos.

La intérprete dijo que también se unió a aprender salsa porque a su padre le gusta y quería hacer algo diferente en su vida, además de relacionarse con otras personas.

Cancel relató que antes de iniciativa apenas había conocido a personas sordas que bailasen salsa.

La primera vez ocurrió en 2006, cuando fue a la barra del establecimiento donde impartía sus primeras clases de salsa a pedir una botella de agua, solicitud que no fue respondida por la persona encargada.

El joven le explicó más tarde que no se había percatado por ser sordo, lo que sembró la curiosidad en Cancel, que le preguntó cómo bailaba sin escuchar, a lo que le respondió que gracias a sentir la vibración del sonido en la piel.

Un año más tarde le tocó la oportunidad de bailar con una muchacha que a pesar de ser sorda, recuerda, "tenía un ritmo brutal".

Decidió entonces integrar, este año, a los sordos a sus clases acompañados por una intérprete, en "una integración social" que se puede realizar, dijo, en cualquier país.

"Ellos no tienen ninguna limitación. Sienten la música por la piel o por la otra persona. Si puedes caminar, puedes bailar, pero ahora he visto gente en sillas de ruedas bailando y creo que es mejor que si puedes respirar, puedes bailar, no hay excusa", subrayó.

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