Santiago de Compostela.- Susana Fortes, la protagonista de la jornada de hoy en el I Encuentro Internacional de Literatura de Viajes (LITVI 2010), reconoció que no ha escrito "nada específico de literatura de viajes, pero en todas mis novelas, yo creo que en todas, hay un viaje, hay otros territorios".
En un encuentro con los informadores en el marco de esta primera edición de LITVI, recordó que, antes de dar el paso como escritora, fue una apasionada lectora de libros de aventuras, desde su gusto por la geografía y los atlas y su fascinación por los viajes.
"La vida de escritor -señaló- me venía pequeña, en el sentido de lo que tenía de pesado, de sedentario y trabajoso, porque lo que yo quería era vivir una novela, no escribirla, que es muy distinto".
En su opinión, "no existe literatura sin la noción de viaje. Todo lo que está escrito parte de un viaje", como el Éxodo o los viajes de Ulises o Quijote.
En la jornada de hoy, la organización del LITVI pretendió ofrecer una óptica femenina, aunque Susana Fortes comentó que se trata de una literatura de viajes mayoritariamente masculinos, aunque hay grandes viajeras, sobre todo británicas en el siglo XIX.
Enlazó, en este sentido, con el personaje femenino de "Esperando a Robert Capa", Gerda Taro, su "gran descubrimiento" cuando preparaba la obra, hasta el punto de que, finalmente, fue la que marcó la óptica de la narración, como "una de las mujeres más interesantes y valientes del siglo XX", en opinión de Fortes.
De su viaje con origen en Galicia, comentó que ella había hecho el camino al revés, hacia el este, hacia el Mediterráneo, donde descubrió un mundo del que el tópico resalta su luz, el hedonismo, el carácter vitalista de sus gentes, pero sin olvidar que allí nació la tragedia, que indica "un punto patético muy fuerte, de un Mediterráneo que no es solo luz, la filosofía grecolatina o la democracia ateniense".
Aquel origen gallego está "en las antípodas. Es el mundo de la niebla, del ensueño, de la cultura del sol poniente, donde va el sol a morir y el carácter depresivo que tenemos los gallegos, de fatalismo. Con dos polos muy trágicos para mi, la emigración y los naufragios".
No obstante, entre el mediterráneo y el atlántico observa "dos puntos comunes", el culto al fuego (las noches de San Juan y San Antoni) y la música, las bandas, "dos puntos comunes, pero después la filosofía es muy distinta".
Sin embargo, resaltó que viajar al Mediterráneo le ayudó a descubrir Galicia, porque "los árboles no te dejan ver el bosque" y la nostalgia de un mundo de alguna manera perdido estimula, al mismo tiempo, la curiosidad de cuando te mueves en un territorio desconocido "y todos los sentidos están alerta".
Para Susana Fortes, "de esa mezcla de la memoria y la imaginación, que se alimenta del prestigio de la lejanía, surge la literatura, que son recuerdos, aromas, sensaciones, luz, olores que probablemente no existen, pero que, sin embargo, puedes recordar, ahí empieza la literatura y eso es lo que supuso para mi esta mezcla de mundos".
Preguntada por su próximo trabajo, dijo que "nunca suelto prenda de lo que tengo entre manos, más que nada porque no estoy segura de que vaya a cuajar, así que, hasta que tengo algo para publicar, terminado, no hablo del asunto".
Sí valoró la iniciativa de este I Encuentro Internacional de Literatura de Viajes, que consideró "una idea genial" y resaltó la importancia de que Galicia pueda hacerse con este "territorio".
"Madrid y Barcelona tienen sus territorios copados, pero luego hay experiencias muy interesantes, como la Semana Negra de Gijón, y a Galicia le faltaba conquistar un territorio y esta experiencia de territorio conquistado para la literatura de viajes, buscando una relación con el Camino, me parece buenísima y espero que continúe".
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