Tarde de toros ayunos de emoción y de toreros con poca ambición

  • Escaso contenido tuvo el quinto festejo de las Corridas Generales, en la que el escaso contenido y poca emoción de los toros, combinado a partes iguales con la falta de ambición de los toreros, lo condicionó todo, hoy en Bilbao.

Juan Miguel Núñez

Bilbao, 24 ago.- Escaso contenido tuvo el quinto festejo de las Corridas Generales, en la que el escaso contenido y poca emoción de los toros, combinado a partes iguales con la falta de ambición de los toreros, lo condicionó todo, hoy en Bilbao.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Jandilla, bien presentados, nobles, moviéndose, pero sosos y sin clase.

Julián López "El Juli": pinchazo y estocada (palmas); y estocada y descabello (palmas).

Alejandro Talavante: pinchazo y media (silencio tras aviso); y estocada y descabello (ovación tras dos avisos).

Jiménez Fortes, que tomaba la alternativa: dos pinchazos, estocada atravesada y tres descabellos (ovación tras aviso); y estocada (ovación).

La plaza tres cuartos de entrada en tarde fresca y lluviosa y con ligero "sirimiri" en los toros segundo y quinto.

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FRIALDAD

Tarde de lo más aburrida para anotarla al cincuenta por ciento entre la sosería de los toros y la falta de ambición de los toreros. Una corrida que se ha movido pero sin fondo, sosa y sin "transmisión". Y una terna de toreros incapaz de suplir las carencias del ganado.

Ni el veterano "Juli", tantas tardes echando mano de la raza y la responsabilidad para sacar del atolladero festejos como el de hoy. Tampoco fue capaz Talavante, o quizás no quiso, a pesar del buen momento en su carrera.

Y para colmo, el toricantano Jiménez Fortes, en la tarde que se supone más ilusionante de su vida se limitó a matar la corrida como si ya lo tuviera todo hecho, con tanta corrección como frialdad.

Esa es la palabra que define la tarde, frialdad, y no sólo por la climatología.

Jiménez Fortes, en el toro de la ceremonia, anduvo airoso en un quite por chicuelinas y en las probaturas de muleta, con seguridad y gusto, con cadencia y estética.

El toro, muy noble, sin embargo le faltaba un puntito para aportar algo más de emotividad, para que la faena hubiera tenido otro aire más rotundo.

Movió las telas despacito y hasta con cierta solemnidad. Pero hubiera sido más completo si el toro llega a tener más "transmisión", y desde luego si el joven espada se perfila en el centro de la suerte para entrar a matar, y no echándose fuera como hizo en los dos primeros viajes.

En el sexto no arregló nada. Apenas un par de lances buenos por el pitón izquierdo, y un trasteo de muleta de poco hilván y escasa reunión, echando casi siempre el toro para fuera y dejándose enganchar también demasiado.

Lo único destacable esta vez, la espada. Pero fue la rúbrica de nada.

El primer toro del "Juli" tampoco aportó nada, de la misma manera que no tuvo mayores complicaciones. La faena, más ajustada y en cierto modo también honda por el lado derecho, no obstante, no tuvo continuidad.

Algo gazapón el animal por el izquierdo, "El Juli" terminaría superando también este inconveniente. Técnicamente bien, en profesional, pero sin entrar en profundidades.

El cuarto tuvo algunas complicaciones, pues regalaba una embestida buena para terminar pegando dos o tres malas. Gazapón y con la cara suelta por el pitón derecho, el toro se prestó poco.

"El Juli" abrevió, doblándose por bajo para tocarle los costados antes de ir a por la espada en señal de desprecio de la situación.

El toro primero de Talavante fue el más vivo de los seis, con más motor. Y aunque anduvo el hombre firme, seguro y limpio en la primera parte de faena, terminaría igualmente en la otra orilla, sin acomodarse del todo.

En la faena al quinto hubo un momento en el que parecía que Talavante iba a sacudirse la mandanga, término que el genial Antonio Díaz Cañabate acuñó para censurar la indolencia de una figura indiscutible de los sesenta, concretamente Paco Camino.

Corrió bien la mano Talavante en el principio de faena. Pero, no. Enseguida vinieron las desigualdades.

Compuestitos algunos muletazos, pero la mayoría de los cites al hilo del pitón, fuera del toro, y casi siempre acelerado. No calentó lo que debía, y casi le echan el toro al corral por no atacar antes con el descabello.

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