Televisión pública, un lujo de otro siglo

  • Una buena gestión de los recursos propios y su función como servicio público, claves para su sostenibilidad en el futuro. Según los últimos datos del informe anual de la consultora Deloitte, el coste bruto por hogar de la televisión pública en España fue de 118 euros en 2008, un 11, 9 por ciento más que el año anterior.
La dirección de RTVE propone una mesa de diálogo sobre producción propia
La dirección de RTVE propone una mesa de diálogo sobre producción propia
Markus Steen

En un contexto de crisis económica generalizada, la Administración Pública intenta ajustar sus cuentas para procurar la máxima eficiencia posible. La televisión pública no es ajena a esta situación: en vigilancia permanente por su controvertida gestión, hay voces críticas que demandan un adelgazamiento de su presupuesto y un mayor compromiso con la sociedad. ¿Es el momento de pedir cuentas y demandar una gestión más sostenible del dinero de los contribuyentes?

Según los últimos datos del informe anual de la consultora Deloitte, el coste bruto por hogar de la televisión pública en España fue de 118 euros en 2008, un 11, 9 por ciento más que el año anterior. A pesar de las ayudas, el estudio señala que las cadenas arrojaron unas pérdidas de 572 millones de euros que, si les descontamos la subvenciones percibidas, ascenderían a más de 1.600 millones.

Con este panorama, uno de los principales temas de discusión tiene que ver con la eficiencia de los equipos humanos. Según Deloitte, la gran diferencia en costes que existe entre las privadas y las públicas son sus gastos de explotación por punto de audiencia: tres veces superior en el caso de la televisión pública autonómica con respecto a las privadas.

"Es necesario la presencia de buenos gestores y que desde el Estado se establezca un código de buenas prácticas para todas ellas", apunta Juan Pablo Artero, director de investigación del Centro Internacional de las Empresas de Comunicación de IESE, que señala que nuestro país posee una de las ofertas de programación pública más amplias del mundo y que con la llegada de la TDT será mayor aún.

TVE, que como cadena estatal está llamada a liderar este cambio de modelo, es el principal foco de atención debido a la reforma de su sistema de financiación y la consiguiente supresión de la publicidad comercial. Ahora, los sindicatos demandan una gestión más eficiente de los recursos propios y centran su queja en la subcontratación de servicios a empresas ajenas.

"No tiene sentido que TVE compita en todos los contenidos con la privadas. Como empresa pública debe ser motor de la industria audiovisual y tener productos de calidad en áreas como los informativos, la programación cultural y los grandes eventos", explica Lola Arocha, secretaria sindical de Comisiones Obreras.

La dirección de la cadena y el comité de huelga de TVE acordaron la semana pasada un paquete de medidas para resolver la situación que podría suponer la suspensión de la huelga prevista para este viernes. La última palabra la tienen los trabajadores, que votarán este martes en referéndum si apoya un nuevo convenio en el que RTVE se compromete a hacer un estudio completo de todos los contratos con productoras que pudieran realizarse con medios propios.

El debate sobre el modelo de sostenibilidad de las públicas se extiende a todas las autonomías. En Cataluña, TV3 se encuentra en el punto de mira porque, según cuenta el diario La Vanguardia, es la cadena autonómica con más pérdidas, más empleados y mayor coste por trabajador de toda España. Algo parecido ocurre con Canal 9, donde su futuro pasa irremediablemente por un nuevo modelo, "aunque nadie lo hace", dice el profesor de Estructura de la Comunicación de la Universidad Cardenal Herrera-CEU, Juan José Bas, en declaraciones al diario Levante-EMV.

Para Alfonso Tabernero, autor del estudio La Televisión en España: Informe 2009, "las crisis económicas nos recuerdan que estábamos siendo ineficientes" y plantea dos referentes de televisión  pública para salir del atolladero: la BBC inglesa, "bien gestionada y despolitizada"; y la PBS estadounidense, "con una oferta complementaria a las privadas que pone su énfasis en la cultura, la información reflexiva y los ciudadanos".

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