"The Hole" vuelve igual de transgresor y gamberro

  • Después de dos años en cartelera, de más de 700 representaciones y un éxito arrollador, avalado por más de 250.000 espectadores, "The Hole" (El agujero) vuelve a Madrid con una segunda entrega, diferente a la primera pero igual de rompedora, gamberra y transgresora.

Madrid, 3 oct.- Después de dos años en cartelera, de más de 700 representaciones y un éxito arrollador, avalado por más de 250.000 espectadores, "The Hole" (El agujero) vuelve a Madrid con una segunda entrega, diferente a la primera pero igual de rompedora, gamberra y transgresora.

Y vuelve a un teatro, La Latina, que pronto cumplirá sus primeros cien años y en el que se han escrito, sobre todo con su anterior empresaria, Lina Morgan, muchas páginas de la historia de un género, la revista, al que precisamente "The Hole 2" quiere rendir un homenaje.

"Un género tan nuestro y que trajo diversión y entretenimiento en tiempos también muy difíciles, como los actuales", dijo hoy, en la presentación de esa ingeniosa y desvergonzada mezcla de teatro, circo, música, danza, cabaret, burlesque,... que es "The Hole 2", quien hace un tiempo tuvo tan original y exitosa idea teatral, el empresario Iñaki Fernández.

Este "agujero que ayudará a salir del agujero" de la crisis, según sus propias palabras, es un homenaje al Teatro Chino de Manolita Chen, a las alegres chicas de Colsada,... a tantos y tantos artistas anónimos que tuvieron la valentía, y la habilidad, para burlar la censura y poner un toque de picante y diversión en la vida de los españoles durante los años más negros del franquismo.

Iñaki Fernández ha querido con sus dos "agujeros" renovar el cabaret, hacer "la revista del siglo XXI" y acercar el género a un público que no tiene edad, cuya mente está abierta a vivir experiencias excitantes y al que no le asustan las ratas.

Porque una rata, María del Mar es su nombre, vuelve a figurar en el elenco artístico de este espectáculo que, en su primera entrega, ha podido verse ya en Málaga y Valladolid, con idéntico éxito que en Madrid, y que acaba de llegar a la cartelera teatral de Barcelona, a pesar de la censura que ha sufrido su publicidad callejera.

Si el actor Paco León y "la terremoto de Alcorcón" fueron maestros de ceremonias en anteriores etapas de esta "experiencia única" que es "The Hole", Alex O'Dogherty vuelve a repetir en un papel que le ha cambiado la vida y que invita "a vivir la vida".

De este actor inclasificable, músico, monologuista y otras muchas cosas más, es la historia que se cuenta en este segundo "agujero", una historia que va de amor, "de si es posible mantener una relación duradera de pareja".

Además de la rata María del Mar y del anfitrión del agujero al que da vida O'Dogherty, una bella adivina y consejera, "madamme" Zoltar, completa el trío protagonista, papel éste que interpreta una escultural y tatuada Vinila Von Bismark.

En tan escandaloso y divertido cabaré hay también un gato loco, un hombre misterioso que viste un esmoquin azul, un mago y una exótica bailarina, además de "strippers", trapecistas, saltimbanquis y otros variopintos personajes.

A diferencia del primero, el "Hole 2" tendrá música en directo y, como en el anterior, actuaciones que irán cambiando con el tiempo; porque el empresario confía estar en escena "mucho tiempo".

Víctor Conde, curtido en otros espectáculos musicales, es el director artístico de éste que "bebe" en las fuentes del "cabaré alemán" que vivió años de esplendor en el Berlín de entreguerras.

"Lo nuestro es una revista moderna, una mezcla de muchos géneros, una experiencia única y nueva, un espectáculo vivo, sin un guión cerrado", dijo Conde, para quien está comprobado que "en tiempos de crisis, el cabaré revive. Nace de la crisis".

El vestuario de este segundo "agujero" es del diseñador francés Nicolas Vaudelet, que ha trabajado para los más grandes de la moda, como Christian Lacroix, Dior, Louis Vuitton, Givenchy o Gaultier.

Dos millones de euros ha costado abrir al público el cabaré del "Hole", una inversión que, en momentos de crisis, llega de una "pyme", el grupo Samana.

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