'trilogía de la ceguera', una obra que hace sentir al público lo que es vivir sin vista


El Teatro Valle-Inclán de Madrid acoge este jueves una sesión especial de 'Trilogía de la ceguera', una obra que habla sobre la falta de vista en sentido literal y metafórico, dirigida por Ernesto Caballero, que hoy mantendrá, al finalizar la función, un encuentro con el público.
'Trilogía de la ceguera', de Maurice Maeterlinck, es una producción del Centro Dramático Nacional (CDN), compuesta por 'La intrusa', 'Interior' y 'Los ciegos', función esta última que se representa en la oscuridad total durante 30 minutos, lo que "impresiona" y "enfada" a algunos espectadores, según declaró a Servimedia Vanessa Martínez, directora de escena de la primera pieza.
Martínez explicó que la función que se representa en la oscuridad ('Los ciegos)' pretende "que los demás se sientan tan ciegos como los protagonistas", que en esta obra de la trilogía lo son en el sentido literal de la palabra, pero que en la titulada 'Interior', no tanto, porque "la falta de visión no es solo una cuestión física".
En la segunda representación, prosiguió, la falta de vista no es tanto física, sino que recrea cómo varios personajes muestran ceguera "ante una realidad".
En la primera pieza, 'La intrusa', que es la que dirige Martínez, la protagonista sí tiene ceguera física, pero, en cambio, está dotada con una clarividencia paranormal.
Maeterlinck, recuerda el Centro Dramático Nacional, es un autor "clave" en el desarrollo de la literatura dramática europea contemporánea. No sólo es de vital importancia para nutrir el imaginario de nombres tan decisivos de la escena como Stanislavski o Meyerhold, sino que además su valía literaria lo hace ganador del Premio Nobel de Literatura en 1911.
En estas tres obras ('La intrusa', 'Interior' y 'Los ciegos') hay un elemento dramatúrgico fundamental que las dota de un poder hipnótico para el espectador, haciendo que se involucre de principio a fin con lo que sucede, y que está íntimamente conectado con emociones profundas. "Es el suspense", dice el CDN.
"Y si a ese recurso dramatúrgico, del que se hiciera maestro Hitchcock", añade, "le sumamos que el contenido y las temáticas de estas tres piezas atraviesan los miedos y terrores básicos del hombre contemporáneo (la muerte, la soledad, la pérdida de la identidad y el sentido vital, lo sobrenatural, lo insondable e inenarrable, lo desconocido, la locura y la otredad), lo que Maeterlinck consigue son tres bombas de relojería".
Los interesados en ver la representación teatral de esta trilogía pueden hacerlo en el Valle-Inclán hasta el próximo 24 de mayo.

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