Triunfan Mora y Huertas en el duelo ganadero de Piedrabuena

Piedrabuena (Ciudad Real, España), 15 sep.- Dos orejas cada uno pasearon hoy los diestros David Mora y Emilio Huertas en el duelo ganadero entre las divisas de Partido de Resina y Samuel Flores en la localidad ciudadrealeña de Piedrabuena.

FICHA DEL FESTEJO.- Tres toros -segundo, tercero y cuarto- de Partido de Resina y tres de Samuel Flores, desiguales de presentación, aunque de nivel notable en su conjunto. Manejables en general. El menos lucido, el segundo.

David Mora, dos orejas y ovación.

Rubén Pinar, ovación y ovación.

Emilio Huertas, ovación tras petición y dos orejas.

La plaza tuvo dos tercios de entrada.

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LUZ AL FINAL DEL TÚNEL

Siempre se oyó aquello de que "en el reino de los ciegos, el tuerto es el rey". Pues algo así podríamos aplicar a la corrida celebrada en Piedrabuena, en la que se "enfrentaban" dos hierros legendarios como son Partido de Resina y Samuel Flores, los cuales, por desgracia, no se encuentran en su momento más álgido.

Sin embargo todos los toros se dejaron en mayor o menor medida, sin que los de Partido de Resina se cayeran, ni los de Samuel quisieran comerse a nadie. Por ello, aunque sin duda desearíamos que el juego deparado hubiera sido mejor, por supuesto, nos alegramos de que se pueda atisbar luz al final del túnel para estas dos ganaderías con tanta historia pasada y, ojalá también futura.

Mora se las vio con un primer toro que cumplía seis años este mes, ante el que consiguió algunos destellos aislados de toreo de cierta compostura, bien rematada con la espada, lo que le valió el doble trofeo.

En su segundo, un toro noble aunque justo de casta, logró lo más notable al dejársela (la muleta) en la cara y tirar del toro de Partido de Resina para ligar los muletazos por el pitón derecho, aunque sin llegar a redondear faena de relumbrón.

Pinar estuvo importante, sobre todo en su segundo, un toro de Samuel al que le pegaron duro en el caballo y que resultó noble en la muleta. El mérito principal de la faena radicó en la falta de enganchones y la longitud de los muletazos, a pesar del tornillazo que pegaba el toro a final de su viaje.

De su primero, el más deslucido del festejo, poco que reseñar.

Emilio Huertas podría haber cosechado un triunfo de peso de no fallar con la espada en su primero, un toro con el que anduvo sorprendentemente tranquilo, fresco y muy torero por momentos.

Y decimos lo de "sorprendentemente" porque el toro de Partido de Resina -una verdadera estampa- era un tío y éste era tan solo el segundo paseíllo como matador del torero ciudadrealeño. Lamentablemente pinchó hasta en dos ocasiones y a pesar de la petición, el premio quedó en una ovación con saludos.

En su segundo, un toro cornalón y amplio de cuna de Samuel Flores que tuvo emoción, anduvo menos fluido, aunque logró pasajes de toreo vibrante, sobre todo con la muleta en la mano derecha. Esta vez sí mató bien a la primera, lo que le abrió la puerta grande, que atravesó junto a David Mora.