Triunfo de "El Capea" y Antón Cortés se deja un toro vivo en Toledo

  • El diestro Pedro Gutiérrez "El Capea" cortó dos orejas y salió a hombros en el segundo y último festejo de la feria del Corpus Christi celebrado hoy en Toledo (centro), en el que Antón Cortés, por su partes, se dejó un toro vivo al escuchar los tres avisos en su primero.

Julio César Sánchez

Toledo (España), 1 jun.- El diestro Pedro Gutiérrez "El Capea" cortó dos orejas y salió a hombros en el segundo y último festejo de la feria del Corpus Christi celebrado hoy en Toledo (centro), en el que Antón Cortés, por su partes, se dejó un toro vivo al escuchar los tres avisos en su primero.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Guadalmena, desiguales de presentación, descastados y sin clase. Bueno para el torero el quinto.

Eugenio de Mora, ovación y silencio tras dos avisos.

Antón Cortés: silencio tras tres avisos y vuelta al ruedo.

Pedro Gutiérrez "El Capea", oreja y oreja.

En cuadrillas, saludó tras banderillear al tercero Joao Pedro Juca, de la cuadrilla de El Capea, quien resultó herido leve en la barbilla. También resultó herido Fernando Téllez, cogido espectacularmente en el cuarto al salir de un par de banderillas, con un fuerte varetazo y una pequeña cornada en la ingle izquierda.

La plaza tuvo un cuarto de entrada.

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SÓLO UN RAYO DE LUZ DE UN ENCIERRO GRIS

La segunda -y última- corrida de la Feria del Corpus de Toledo transcurrió en un tono gris oscuro que tan solo ofreció cierta luz en el quinto de la tarde. Los cuatro primeros toros ofrecieron un juego ayuno de casta y calidad en sus embestidas.

Eugenio de Mora se empeñó en sacar agua turbia de un poco casi seco. Alivió a su primero a media altura al vaciar su embestida, y lo llevó con muy buen aire al natural, una mano que el toledano maneja con gran soltura en los últimos años. Pero le faltó oponente para que la faena tomara verdadero vuelo.

Tres cuartos de lo mismo ocurrió en su segundo, aunque esta vez en su "haber"únicamente cabe señalar un derechazo robado al de Guadalmena, que embestía -es un decir- sin brío alguno.

"El Capea" se justificó en Toledo. De hecho fue él el triunfador numérico del festejo. Y lo fue en base a dos faenas en las que hubo entrega indudable en los dos recibos con largas de rodillas, e insistencia con la muleta para arrebatar alguna arrancada de sus toros, fundamentalmente por el lado derecho, pitón en el que basó su actuación.

Hubo toreo periférico, sobre todo en el sexto, otro animal descastado que tan solo repitió cuando se la dejaba en la cara y hacía con él una suerte de toreo continuado en redondo. Gustará más o menos, pero en Toledo se intentó justificar de todos los colores.

Antón Cortés escuchó los tres avisos en su primero, un toro sin entrega al que pasó de manera periférica y al que no acertó a derribar con el descabello, a pesar de intentarlo insistentemente.

Sin embargo, y como suele suceder en estas ocasiones, se entregó con el quinto, un burraco acapachado que fue un dechado de nobleza y clase. Se hartó de torear el albaceteño por los dos pitones, con algún destello por bajo con enjundia. No obstante el fallo a espadas y la tardanza de su tercero en apuntillar al toro enfrió el ambiente y le dejó sin trofeo. O trofeos, vaya usted a saber.

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