Triunfo de Huertas con interesante corrida de Dolores Aguirre en Piedrabuena

  • El torero Emilio Huertas salió hoy a hombros en la localidad ciudadrealeña de Piedrabuena tras desorejar a un toro de vuelta al ruedo de Dolores Aguirre, que lidió una interesante corrida en conjunto, y en la que Fernando Robleño y Antonio Joao Ferreira lograron un apéndice.

Piedrabuena (Ciudad Real), 15 sep.- El torero Emilio Huertas salió hoy a hombros en la localidad ciudadrealeña de Piedrabuena tras desorejar a un toro de vuelta al ruedo de Dolores Aguirre, que lidió una interesante corrida en conjunto, y en la que Fernando Robleño y Antonio Joao Ferreira lograron un apéndice.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Dolores Aguirre, bien presentados, a excepción del segundo, de pitones escobillados. Encastados primero y segundo; bronco y con peligro el tercero; manejable el cuarto, a menos y defendiéndose en el último tercio el quinto, y bravo y con clase el sexto, de nombre "Burgalés", premiado con la vuelta al ruedo.

Fernando Robleño, oreja y ovación tras aviso.

Antonio Joao Ferreira, vuelta al ruedo y oreja.

Emilio Huertas, silencio y dos orejas.

En cuadrillas saludaron José Otero y Diego Valladares en el tercero, y Ángel Otero en el cuarto.

La plaza tuvo dos tercios de entrada.

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Interesante corrida la de Dolores Aguirre la lidiada en la plaza de Piedrabuena, si bien los toreros que a ella se enfrentaron no anduvieron por la labor de apostar y plantar cara adecuadamente a toros de un hierro poco apetecido -casi temido- por la mayoría de matadores.

La excepción a esta disposición feble la puso Emilio Huertas, a quien correspondió un toro imposible en primer lugar ante el que, inteligentemente, se dio la coba justa, cobrando una buena estocada al primer viaje.

Sin embargo en sexto lugar saltó "Burgalés", un toro serio pero bien hecho que embistió con calidad y transmisión por el pitón derecho, "rebosándose" y yendo de largo. Huertas le plantó cara con planta firme, llevándolo largo, por abajo, y superando la prueba de no verse desbordado por un ejemplar tan completo y de hierro tan temido.

Fernando Robleño hizo como que se puso en el sitio pero en realidad no lo hizo. En su primero tuvo una actitud defensiva y de escaso compromiso. Tres cuartos de lo mismo ocurrió en el cuarto, un toro que exigió, pero con posibilidades, que recibió un trato poco sutil en los toques y a la hora de conducir las embestidas.

Antonio Joao Ferreira dio tres puyazos a su primero, que se desplazó con calidad por el pitón derecho siempre que el portugués le dio sitio y se la dejó (la muleta) en la cara, lo cual no ocurrió con frecuencia. Lo mejor, la estocada. Destacó el luso en el recibo de capote a su segundo, un toro mal lidiado en el segundo tercio que desarrolló un viaje rebrincado y sin clase en la muleta.

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