Tu bebé quiere tocar y escuchar este libro

  •  Los libros sensoriales para bebés de hasta tres años triunfan entre padres y futuros lectores que aún gatean. La narrativa infantil incorpora en sus historias sonidos, elementos táctiles o ilustraciones desplegables para seducir a los más pequeños.
Los libros sensoriales triunfan entre los más pequeños
Los libros sensoriales triunfan entre los más pequeños
lainformacion.com
David González | aviondepapel.tv

Una madre coge a su bebé en brazos y le enseña el libro. En la foto, el pequeño descubre un perro. Cuando con sus dedos pulsan el botón suena una onomatopeya reconocible: guau, un ladrido. La mamá pasa a las siguientes páginas y aparece un loro. Su hijo acaricia un fragmento táctil en el lomo, que imita sus plumas. 

El libro se titula Animales de Compañía (Macmillan, 2011) y es uno de los títulos orientados a los pequeños que aún no saben leer. El sector editorial tiene en estos futuros lectores una buena baza. No en vano, muchos papás amantes de la lectura quieren que sus bebés aprendan cuanto antes a pasar la página de un libro.

"El sonido y el tacto de estos libros estimulan a los niños de entre seis y ocho meses. Con estos elementos sensitivos, el libro consigue que el bebé aprenda el gesto de pasar la página, primer paso para convertirlo en lector", explica Pilar Pérez, de la librería El Dragón Lector.

Así, la literatura para niños de menos de tres años busca no sólo narrar historias con palabras, sino también seducir a los más pequeños con una batería de sensaciones complementaria a la lectura de sus progenitores.

Los formatos son diversos. Incluso el libro Los Piratas (Editorial SM, 2011) cuenta en su interior con ilustraciones desplegables que, cuando el niño las retira, replican audio. Mientras sus papás les cuentan la aventura de estos bucaneros y el peque despliega al personaje, suena un acordeón en la cubierta del barco o el cantar de las gaviotas con el rumor del mar de fondo. 

"La lectura compartida de estos libros sensoriales es para estimular el tacto o escuchar sonidos reconocibles. Pero también se recomienda a los padres que les lean en voz alta, sobre todo cuando es una rima, para que así el bebé reconozca el acto de la lectura, como si fuera una canción. Así se acostumbra a escuchar el libro", añade Pilar Pérez.

Los pájaros (La Osa Menor, 2011), por citar otro título, enhebra una palabra con una imagen y un sonido de cada ave. O Los Caballeros (Osborne, 2011), que narra una historia medieval que incluye los audios de choque de espadas en un torneo o el de la puerta de un castillo fortaleza. 

La librera Pilar Pérez confirma que este tipo de libros tiene cada vez más adeptos entre padres primerizos. Su establecimiento realiza talleres de lectura para bebés y, en uno de ellos, "gateaban por la librería casi un centenar de potenciales lectores", finaliza la responsable de El Dragón Lector.  

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