Un accidentado "Tannhäuser" abre Bayreuth, como un desafío al culto a Wagner

  • Un accidentado "Tannhäuser", de Sebastian Baumgarten, y la ausencia de la más ilustre visitante de la casa, la canciller Angela Merkel marcaron hoy la apertura del Festival de Bayreuth, como desafío a la devoción por Richard Wagner de quienes anualmente peregrinan a ese templo wagneriano.

Gemma Casadevall

Bayreuth (Alemania), 25 jul.- Un accidentado "Tannhäuser", de Sebastian Baumgarten, y la ausencia de la más ilustre visitante de la casa, la canciller Angela Merkel marcaron hoy la apertura del Festival de Bayreuth, como desafío a la devoción por Richard Wagner de quienes anualmente peregrinan a ese templo wagneriano.

Arrancar la temporada con un "Tannhäuser" que no gustó en su estreno, en 2011, era ya arriesgado y, encima, una avería dejó la Montaña de Venus -en formato jaula- atascada y obligó a desalojar el teatro sobre la Verde Colina a los veinte minutos de iniciarse el primer acto hasta que se reparó más o menos la tramoya.

Parecía que una conjura se había abalanzado sobre el festival de Bayreuth, cuya temporada número 103 -de sus 138 años de historia, desde que lo fundó el propio Wagner- no incluye nuevas producciones.

Pero el genio operístico de Wagner se impuso sobre los inconvenientes y la batuta de Axel Kober, más las voces de Kwangchul Youn, Torsten Kerl, Camilla Nylund y Michelle Nylund, le ganaron la partida a la fallida escenografía de Baumgarten.

Tal vez el propio director optó por retirar algo de protagonismo a la planta de biogás excremental en que se convierte el Wartburg, donde el héroe se debate entre el amor puro y el profano. O el público ya sabía que le correspondía ver danzar unos figurantes disfrazados de espermatozoides, entre otras criaturas, y en lugar de enfadarse, los adoptó.

El caso es que hubo más aplausos que abucheos para este "Tannhäuser", cuyo único rapapolvo grave fue para Baumgarten, quien tras cuatro años parece resignado a no gustar en Bayreuth, ni siquiera en su última temporada en programa.

Es un año sin alicientes novedosos, ya que al "Tannhäuser" de la apertura seguirán las reposiciones del "Anillo del Nibelungo" de Frank Castorf, más el "Lohengrin" de Hans Neuenfeld y el "Holandés Errante" de Jan Philipp Gloger.

La producción de Castorf fue profusamente abucheada el año pasado, en que Bayreuth celebrada el bicentenario del nacimiento de Wagner y aguardaba con gran expectación el nuevo "Anillo".

También ahí, el público salvó la parte musical -la batuta de Kirill Petrenko y el dúo de voces de Lance Ryan y Catherine Foster- pero hizo añicos la escenografía.

Fue una apertura "en familia", que desplegó a la clase política bávara al completo por el teatro tal vez para compensar la ausencia de Merkel, quien no se había perdido un arranque de temporada en ese festival desde sus tiempos de líder de la oposición.

La jefa del Gobierno alemán alegó razones de agenda, aunque se espera acuda a ver el "Sigfrido" -la tercera pieza del "Anillo", tras el "Oro del Rhin" y "La Valkiria" y antes del "Ocaso de los Dioses".

También cancelaron a última hora varios rostros conocidos de la farándula alemana -como el presentador Thomas Gottschalk-, lo que se interpretaba como un castigo al festival por programar reposiciones que en su estreno no fueron precisamente un hito.

Para tranquilizar impaciencias, el festival anunció hoy el estreno de unos "Maestros Cantores" para 2017, que pondrá en escena el australiano Barrie Kosky. Como ya se anunció anteriormente, en 2015 habrá un nuevo "Tristán" y en 2016 un "Parsifal".

A Kosky, al frente de la Ópera Cómica de Berlín desde 2012, se le considera un innovador de clásicos como Puccini o Verdi y ya afrontó en otras ocasiones a Wagner, con resultados algo traumáticos para él ya que incluso se prometió no volver a intentarlo.

Habrá que esperar a 2017 para saber si hizo bien en retractarse de esa promesa con sus "Maestros", la obra preferida de Adolf Hitler y un reto para un director judío y homosexual, como es Kosky.

En 2015 quedará la dirección en solitario del festival para Katharina Wagner, la biznieta del compositor y desde 2009 al frente de la casa junto a su hermanastra Eva Wagner-Pasquier.

A la más joven de las dos herederas -36 años, frente a los 69 de Eva- le corresponderá defender las esencias del más tradicionalista de los festivales operísticos europeos, pero también renovar para que la empresa siga siendo rentable.

El festival presume de tener listas de espera de hasta diez años para cada una de las 60.000 localidades que forman su temporada.

Esta vez hubo entradas "último minuto" tanto en internet como en taquilla debidas a devoluciones, admitieron los responsables del certamen, el único del mundo consagrado en exclusiva a Wagner.

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