Una cornada grave a "Boni", triste argumento a una tarde de mansos en Gijón

  • María Fueyo.

María Fueyo.

Gijón, 14 ago.- Otra nueva cornada grave en El Bibio, esta vez al banderillero Rafael Perea "Boni", fue el único y triste argumento a una tarde de mansos, imposibles para hacer el toreo, hoy en Gijón.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Valdefresno, bien presentados, pero mansos, sin fuerzas y bajos de raza, en general, de muy poco juego.

Curro Díaz: casi entera y descabello (ovación); y pinchazo y estocada (silencio).

Manuel Jesús "El Cid": dos pinchazos, media trasera y descabello (silencio); y estocada tendida y dos descabellos (silencio).

Iván Fandiño: estocada atravesada y descabello (ovación).

El banderillero Rafael Perea "Boni" fue operado de "cornada de tres trayectorias en cara interna del muslo derecho: una ascendente y subaponeurótica de 15 centímetros que llega a la ingle; y dos más profundas, una ascendente de 20 centímetros que contornea el fémur y llega a cara externa del muslo, y otra inferior de 10 centímetros que diseca la cara anterior del fémur". Pronóstico grave.

La plaza tuvo media entrada en tarde soleada.

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QUÉ TARDE MÁS TRISTE

Curro Díaz dejó pinceladas de su aroma torero con el toro con el que debutaba en Gijón, un animal de escasa condición con el que el de Linares no pudo pasar de eso, de bellas pinceladas aisladas dentro de un conjunto sin apenas unidad.

Y algo parecido le pasó en el cuarto, toro muy distraído y que acabó rajándose, con el que Curro Díaz tampoco pudo pasar de los detalles. Algún pase suelto, alguna trincherilla, el abaniqueo final, fue lo único que puede anotársele en esta voluntariosa labor.

El primer toro de "El Cid" hirió de forma espeluznante a su banderillero Rafael Perea "Boni", al empotrarle contra las tablas a la salida del tercer par de banderillas. El animal, sin fuerza alguna, no aportó nada, y al sevillano, que destacó con los delantales de recibo en el capote, no le quedó otra que abreviar.

Fue también silenciado el de Salteras a la muerte del quinto tras una porfía sin relieve frente a un toro flojo, rajado y sin codicia, con el que anduvo despegado y sin decir gran cosa.

Fandiño dejó crudo en varas a su primero para poder aprovechar sus acometidas en los primeros compases de faena y cuajar así un par de templadas series en redondo de mano baja. Pero ya. El toro enseguida empezó a negarse, incluso pegó un susto al torero en el epílogo, y la faena perdió intensidad.

En el sexto estuvo nuevamente Fandiño voluntarioso frente a un toro imposible, con el que alargó innecesariamente su faena. EFE

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