Una exposición antológica muestra la obra del fotógrafo Chema Madoz

  • Una exposición antológica muestra desde hoy en La Pedrera, en Barcelona, la obra del fotógrafo Chema Madoz, una creación dominada por la poesía visual.

Barcelona, 8 abr.- Una exposición antológica muestra desde hoy en La Pedrera, en Barcelona, la obra del fotógrafo Chema Madoz, una creación dominada por la poesía visual.

La exposición, que se exhibirá hasta el 28 de julio, reúne más de 70 piezas que ilustran la trayectoria de Madoz desde los años 80 hasta sus últimas obras, incluida su colaboración con el poeta Joan Brossa.

Oliva María Rubio, comisaria de la muestra, ha explicado que la exposición se inicia con una primera parte en la que "Madoz trabaja todavía con la figura humana, la luz natural y las búsquedas exteriores, hasta que a partir de los años 90, a consecuencia de una crisis personal, comenzó a trabajar con objetos".

Esos objetos, añade la comisaria, son el punto de partida de yuxtaposiciones y "a través de su mirada poética ofrece nuevas miradas de los mismos objetos".

La combinación o descontextualización de los objetos es, en definitiva, según Rubio, "un guiño al Ars Combinatoria de Ramon Llull, en cuya obra ensayística está la base filosófica del funcionamiento de los modernos ordenadores".

También se observa un cierto aire surrealista, en el sentido de hacer partícipe al espectador, al que invita a "abrir su mirada".

Aunque en la obra de Chema Madoz no hay, según Rubio, una clara crítica social al mundo en que vivimos, "sí se pueden leer alusiones a la codicia, el tema de la drogas o metáforas que apelan a la fragilidad del ser humano y de ahí la profusión de relojes y trenes".

En la misma presentación, Madoz ha confesado su sorpresa al ver algunos de los objetos que él mismo elabora antes de fotografiarlos.

Auténticos poemas-objeto, que recuerdan la obra de Brossa, como un sobre que contiene en su interior un mapa, un libro-buzón de cartas, un cuello de camisa-partitura o un guante-monedero.

La obra de Madoz se centra en la presencia insólita de los objetos que selecciona y dispone en escenarios íntimos, construidos por el propio artista, y que fotografía en blanco y negro.

Su trabajo otorga tanta importancia a lo que quiere expresar como a la manera de hacerlo: "mi objetivo es explicar cosas con los mínimos elementos posibles", señala.

Su objetivo primordial, asegura el fotógrafo, no es la belleza, sino "la reflexión que el público pueda hacer del entorno en que vivimos a partir de unas imágenes".

Ver expuestos algunos de los objetos que el propio Madoz realiza en su estudio y las libretas de apuntes resulta, según el artista, "gratificante", porque sirve para mostrar el universo de su trabajo, "desde su concepción, por dónde transcurre, hasta el resultado final, la imagen fotográfica".

Todas las fotografías son analógicas, a excepción de una, que da entrada al visitante a la exposición, en la que con el mismo espíritu de las sobreexposiciones de dos negativos que antiguamente se hacían en el laboratorio, introduce una nube en una jaula de pájaros.

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