Una obra ilustra el papel pionero del cómic en pos de la liberación sexual

  • Javier Herrero.

Javier Herrero.

Madrid, 7 oct.- Alveofilia, cratolagnia o picacismo son algunas de las prácticas recogidas en una obra que destaca cómo tras siglos de oscurantismo saltaron de las alcobas a los cómics en un ejercicio pionero de liberación, en pos de la normalización y sofisticación sexual y su propagación como materia artística.

Esta es una de las tesis de las que parte "Enciclopedia erótica del cómic" (Cátedra), escrita por Luis Gasca y Román Gubern, quienes prosiguen así su profundización en las múltiples facetas del séptimo arte tras "El discurso del cómic" y "Diccionario de onomatopeyas del cómic".

Este nuevo hito en esa labor de investigación recoge más de doscientas voces de las diversas formas de relación sexual y sus ecos en forma de viñeta, de las más tradicionales como "beso" u "oreja" a las más extravagantes o bizarras, como la "odaxelagnia", referida a la excitación por los mordiscos, o la "belonefilia", producida por pinchazos de aguja.

Tacones, dominadoras, mezclas raciales, bosques y baños públicos, duchas compartidas y vampiros, todo tiene cabida en este volumen, que subraya cómo el cómic, primero desde el ámbito "underground", contribuyó a afianzar la redención que tras varios siglos de condena moral (y también penal) conllevó toda práctica que no redundara en el "canónico" coito heterosexual.

"Los cómics, basados en el libérrimo arte del dibujo, pudieron exponer situaciones inhabituales, barrocas o extravagantes de las prácticas sexuales, con mucha más facilidad técnica que la fotografía o el cine", comentan sus autores en la introducción.

La labor ilustradora de Gasca y Gubern va más allá de los márgenes del cómic erótico y muestra cómo el influjo sexual ha penetrado incluso en géneros tan convencionales como el de superhéroes, con Supermán y Lobezno a la cabeza convertidos en cantos a la cratolagnia (atracción por la fuerza física) y a la hirsutofilia (gusto por el vello corporal abundante).

Incluso Mortadelo y Filemón, que en algún momento referencian con humor el trasvestimo, tienen cabida entre estas páginas, que viajan de realidades ancestrales como la de los "eunucos" a conceptos tan modernos como el de la "robotifilia" (inclinación a mantener relaciones con un robot o androide).

"Los Borgia" (2006), de Alejandro Jodorowsky y Milo Manara, "Wanda la perversa", de Frederic Mullally y Ron Embleton, "Lost Girls", de Alan Moore, y un par de títulos de Möebius son algunos de los muchos títulos referenciados en "Enciclopedia erótica del cómic" que nutren con sus imágenes cada una de esos registros.

Un índice temático final ayuda a clasificar todas esas entradas en categorías tan sugerentes como "anatomía", "lugares", "ritos", "sentido de la vista, gusto, oído, olfato y tacto" o "sustancias y fluidos".

Se trata de un colofón ideal a más de 400 páginas de ilustraciones que orbitan entre un sinfín de estilos como el manga, el noir o la caricatura y que serán especialmente del gusto de los amantes de la "pictofilia (excitación sexual producida por mediación de imágenes que representan escenas eróticas, véase iconofilia)".

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