Una ópera bufa reanuda la temporada de ópera tras el cierre por obras

  • Una ópera bufa, L'italiana in Algeri, de Giochimo Rossini, ha sido la obra con la que el Palau de les Arts de Valencia ha reanudado la temporada 2013-2014 tras permanecer el edificio más de dos meses cerrado por desprendimientos de los azulejos de trencadís de la fachada del edificio.

Valencia, 23 feb.- Una ópera bufa, L'italiana in Algeri, de Giochimo Rossini, ha sido la obra con la que el Palau de les Arts de Valencia ha reanudado la temporada 2013-2014 tras permanecer el edificio más de dos meses cerrado por desprendimientos de los azulejos de trencadís de la fachada del edificio.

Icono de la modernidad de una Valencia del siglo XXI, el Palau de les Arts, diseñado por el arquitecto Santiago Calatrava, presentaba hoy, tan sólo ocho años después de su inauguración, un aspecto exterior gris y a medio terminar, pues todavía no está decidido el revestimento final que tendrá la fachada de este centro cultural.

Han sido algo más de dos meses los que el inmueble ha permanecido cerrado por motivos de seguridad, un periodo en el que la temporada de abono ha estado interrumpida, ya que se tuvo que suspender la obra Manon Lescaut, de Puccini, que finalmente ha sido reubicada para inaugurar la temporada 2014-2015.

La vuelta hoy a la normalidad operística no ha despertado gran interés entre el público, que apenas llenó tres cuartas partes del aforo, ni tampoco de las máximas autoridades del Consell, su propietario, ya que no acudió ni la consellera de Cultura y Educación, María José Catalá, ni el presidente de la Generalitat, que, a esas mismas horas, estaba en el acto de la Crida de las fallas de Valencia.

El único representante del Gobierno valenciano fue el conseller de Economía, Máximo Buch, precisamente en un temporada caracterizada por los recortes presupuestarios. Estuvo arropado por el vicepresidente de Les Corts, Alejandro Font de Mora, y el concejal Alfonso Grau.

El semblante gris del exterior del Palu de les Arts contrastó con la colorista versión de L'Italiana in Algeri, una de las obras más características del belcantismo rossiniano, con una versión firmada por Joan Font (Els Comediants) como director de escena y por Joan Guillem como responsable de la escenografía y vestuario.

Ottavio Dantone, que resaltó la comicidad de una partitura en ocasiones hilarante y ofreció una lectura ágil y llena de matices, fue el responsable musical de esta coproducción del Teatro Real, el Maggio Musicale Fiorentino, la Ópera de Houston y el Gran Teatro de Burdeos.

Con decorado mínimo, que se iba transformando según el desarrollo de la trama, se consiguió dar dinamismo al relato, ya que el muro de celosía igual servía para enmarcar el harén que, al abatirse, se transformaba en una sala del palacio del bey (monarca) argelino. Del mismo modo, una escalinata de madera permitía en unos momentos delimitar espacios interiores y en otros servía de muelle del puerto o como gradas en la playa.

Los recursos escénicos más destacados fueron el bailarín tigre como poder del bey, la jaula con los dos prisioneros, la marioneta con la que se plasma el papel de títere de Taddeo al ser nombrado kamaikán (lugarteniente del monarca), la ambientación de pizzería italiana en la escena del Pappatachi, la ambientación del cuadro "La libertad guiando al pueblo", de Delacroix, en el canto de regreso a la patria, y las cuadernas del barco de la huida final hechas con las maletas de los prisioneros.

Con esta ambientación cómica (incluidos los pintureros turbantes de los personajes árabes) y la estudiada gestualidad de los actores, se ha conseguido dignificar una de las obras más representativas de la etapa belcantista de Rossini, que durante muchas décadas del siglo XX estuvo postergada de la programación de los grandes palacios de la ópera de todo el mundo.

Con cuatro cantantes acreditados, pero sin tener que acudir a los grandes divos del momento, y la eficaz intervención de alumnos del Centro de Perfeccionamiento Plácido Domingo, se ha conseguido un reparto tan efectivo como equilibrado.

La mezzosoprano valenciana Silvia Tro triunfó como Isabella, la mujer que utilizó su encanto, astucia y habilidad para rescatar a su amado, preso en Argel. También fueron muy aplaudidos el tenor Antonino Siragusa, como Lindoro, el joven siempre fiel a Isabella, y el bajo turco Burak Birgili, que encarnó al mujeriego bey Mustafà.

En lo musical, destacar también la plasticidad conseguida con el septeto de las onomatopeyas, con el que concluye el primer acto, así como la excelente actuación tanto del Coro como de la Orquesta de la Generalitat.

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