Una radio transmite esperanza a los damnificados por el tifón Haiyan

  • En una destartalada habitación del último piso del ayuntamiento de Tacloban, en el este de Filipinas, un equipo de 4 personas dedica 17 horas diarias a dar a las víctimas del tifón Haiyan lo que más necesitan: mensajes de esperanza.

Helen Cook

Tacloban (Filipinas), 13 dic.- En una destartalada habitación del último piso del ayuntamiento de Tacloban, en el este de Filipinas, un equipo de 4 personas dedica 17 horas diarias a dar a las víctimas del tifón Haiyan lo que más necesitan: mensajes de esperanza.

Miles de taclobanos tendrán que reconstruir su vida desde cero después de haber perdido su familia, su hogar, sus pertenencias y su medio de subsistencia tras sufrir el azote de Haiyan, considerado como el tifón más intenso de la historia.

Para apoyarles, una modesta emisora, First Response Radio -que consiste en una pequeña maleta en la que se acomoda un ordenador portátil y una mesa de mezclas- retransmite música e informa sobre los puntos de acceso a ayuda humanitaria, pero sobre todo anima a los ciudadanos a seguir luchando contra la adversidad.

"La gente lo ha perdido todo y no queremos añadir más desgracia. Por eso insistimos en que esto pasará pronto y que Tacloban volverá a ser una gran ciudad", explica a Efe Magnolia Yrasuegui, una de las locutoras de First Response Radio.

"No hay ninguna necesidad de estar lanzando mensajes negativos, como que el Gobierno no ha hecho lo suficiente para apoyar a los ciudadanos, sino que queremos ser una influencia positiva", dice la periodista.

Yrasuegui lleva más de un mes trabajando en la emisora y viviendo en el improvisado estudio instalado en una sala del consistorio sin ventanas, con dos pequeñas tiendas de campaña y dos mesas de plástico como únicas comodidades.

Muchos de los mensajes que se lanzan desde First Response vienen de las propias víctimas del tifón, que ha causado más de 6.000 muertos y cerca de 1.800 desaparecidos.

Yrasuegui recuerda con especial emoción el día que recibieron el mensaje de uno de los afectados que había perdido a todos y cada uno de los miembros de su familia, y que ha calado muy hondo entre los filipinos.

"El primer 'Rise, Tacloban' (Arriba, Tacloban) que recibimos nos emocionó muchísimo, porque vino de alguien que había perdido a toda su familia y su hogar, pero decía que lo superaría. Para él, el mero hecho de estar vivo era una esperanza en sí misma", afirma la periodista.

"Ese fue el primer mensaje que hizo a los ciudadanos ver que no es el fin del mundo para los que han sobrevivido a Haiyan, y que se puede recuperar todo lo que han perdido, y mucho más", añade.

First Response Radio comenzó a emitir desde Tacloban tan sólo 3 días después del paso del tifón, que dejó incomunicada a la ciudad y devastó las radios y televisiones locales, lo que dejó a los residentes sin forma alguna de recibir información sobre las consecuencias y la gestión de la catástrofe.

"La gente necesita información, especialmente en este tipo de situaciones", afirma la locutora de First Response Radio, cuyo lema es "Comunicación es Ayuda".

Yrasuegui dice haber aprendido mucho de la experiencia de haber trabajado en la radio de Tacloban durante más de un mes, en concreto sobre "la importancia de la familia y los amigos, y de lo poco que se necesita realmente para ser feliz".

Sin embargo, también ha vivido momentos muy difíciles, la mayoría de ellos cuando los vecinos de Tacloban acuden al estudio para pedir ayuda en la búsqueda de sus seres queridos.

"Vienen llorando a pedirnos ayuda, y eso es muy duro, porque nosotros realmente queremos echar una mano, pero no podemos hablar en la radio sobre todos y cada uno de los desaparecidos", explica.

Es precisamente esta desesperación que siguen mostrando muchos de los ciudadanos de Tacloban un mes después del tifón lo que les empuja a seguir trabajando a pesar de las largas horas que pasan encerrados en la diminuta oficina.

"Nosotros volveremos a casa con nuestras familias, pero estas personas tendrán que seguir aquí, buscando a sus seres queridos, así que esto es lo mínimo que podemos hacer por ellos", concluye Yrasuegui.

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