Una sensual y poética De Niese llega al Real para hacer "la mejor" Poppea

  • Madrid.- Su exotismo, "animalidad" escénica e inusitada calidad vocal tienen "enamorado" al equipo que estrenará el domingo en el Real "L'Incoronazione di Poppea", pero ella, Danielle de Niese (1979), sólo está concentrada en dar "lo mejor" en su debut operístico en España porque para ella es "un gran desafío".

Una sensual y poética De Niese llega al Real para hacer "la mejor" Poppea
Una sensual y poética De Niese llega al Real para hacer "la mejor" Poppea

Madrid.- Su exotismo, "animalidad" escénica e inusitada calidad vocal tienen "enamorado" al equipo que estrenará el domingo en el Real "L'Incoronazione di Poppea", pero ella, Danielle de Niese (1979), sólo está concentrada en dar "lo mejor" en su debut operístico en España porque para ella es "un gran desafío".

De Niese, de nacionalidad estadounidense pero nacida en Melbourne (Australia), "quizá" debe su magnetismo físico a su ascendencia ceilandesa y holandesa, dice riéndose en una entrevista con Efe, en la que exhibe el poderío interpretativo con el que quiere que "su" Poppea sea "la mejor que se ha visto nunca".

La soprano, que acaba de publicar en España un disco con sus arias favoritas de Mozart, dirigida por Charles Mackerras, se convirtió con 18 años en la más joven en debutar con el programa Lindemann para jóvenes artistas del Metropolitan.

Sólo un año después fue Barbarina en "Las bodas de Figaro" con Renée Fleming y Cecilia Bartoli. Luego vendrían la Netherlands Opera y la Ópera de París, pero fue la oportunidad que el especialista en música barroca William Christie le dio para interpretar Cleopatra en el "Julio César" en el Festival de Glyndebourne en 2005 la que le dio la fama.

Por eso, la soprano, una de las de mayor proyección internacional gracias a su exquisita voz, que domina con seguridad y maestría, está "loca de alegría" porque en esta producción de "L'Incoronazione di Poppea", que cierra en el Real el ciclo dedicado a Claudio Monteverdi, sea Christie el que la dirija.

"Es todo un honor para mí, y trabajar con Les Arts Florissants -la formación que dirige Christie desde hace 30 años- es un absoluto lujo porque todo está hecho y enlazado artesanalmente. Jamás se ha escuchado nada así", anticipa la artista.

"En esta ópera ganan los malos y cada vez que canto este papel -no lo hacía desde hace do años- me expongo mucho, porque todo el mundo tiene su propia idea sobre esa mujer", con la que ella no se identifica pero por la que sí siente "empatía".

"La ves y piensas '¡qué zorra!', pero me gusta mucho su fuerza" dice imitando el paso amenazante de una pantera, como si estuviera merendándose a alguien.

"No hay que presentarla solo como un "sex symbol", aunque sea una seductora impresionante. Quiero que el público se ponga de mi parte y por eso pongo mucho énfasis en que no es mala todo el tiempo, sino que tiene deseos y temores como todos".

La atracción entre Poppea y Nerón, que interpreta el contratenor Philippe Jaroussky, "es muy carnal, pero no hay que cantarla con gesto de devorar", subraya poniendo ahora cara de "malisíma".

Ha tratado de aproximarme al papel "con amor y poder", en comunión con la idea que tiene el director de escena, Pier Luigi Pizzi, que la ha hecho "muy sensual y melismática -subir de altura las sílabas musicales- de forma que Monteverdi fluye como si fuera un traje de seda".

Por momentos, dice, el papel de Poppea es muy físico, pero a la vez es muy poético, porque es "una mujer sutil y muy inteligente que sabe cómo utilizar sus talentos".

"Se hace" con Nerón porque él es muy inseguro y ella la única que no le hace perder el control: "Es un emperador infantil, con rabietas, pero a ella le atrae carnalmente de una forma que no puede evitar".

Su voz y la de Jaroussky "conjugan muy bien" porque la dificultad en Monteverdi, afirma, es el color adecuado, "sin que se note, sin exagerar.

De Niese está también "encantada" con haber cumplido su "sueño" de grabar un disco con sus arias preferidas de Mozart, a pesar de que "muchos" le advirtieron de que "corría un riesgo" porque es "demasiado joven".

"No puedo esperar diez años a cantarlo. Cuando terminé de grabarlo lloré, porque era mi sueño y había triunfado, y creo que la gente percibirá todo ese sentimiento cuando lo escuche".

El disco, "The Mozart Album", incluye el dueto "Là ci darem la mano", de "Don Giovanni", que interpreta junto a Bryn Terfel, con el que debutó en "Las bodas de Fígaro" hace diez años.

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