Una vigilante interrumpe un concierto en el Panteón

Nunca se oyó hablar de la puntualidad italiana hasta este momento. Eran las seis de la tarde cuando se interrumpía de improvisto un concierto de música clásica en el Panteón de Roma. El motivo: la guardia de seguridad veía necesario cerrar el monumento a esa hora exacta, ni un minuto más.

En ese instante precisamente, el quinteto ruso Bach Consort se disponía a ejecutar el último movimiento de Vivaldi ante un público de 500 personas. Un hecho que no importó en absoluto a la vigilante para subir tranquilamente al escenario y anunciar al público estupefacto que se fueran aproximando a la salida.

Fueron varios los tentativos por parte de músicos y espectadores para tratar de convencer a la trabajadora para que dejase finalizar el concierto, faltaban sólo cuatro minutos, sin embargo los esfuerzos fueron inútiles.

"Madre mía qué vergüenza", "te deberían despedir", "ni siquiera media hora más", "no hacéis nada en todo el día y justo ahora os da por trabajar", eran algunos de los insultos, mezclados con pitidos, que propinaban algunos de los 500 espectadores a una vigilante "inmutable" que les invitaba a salir ordenadamente para proceder al cierre.

El hecho ha sido denunciado por l'Adoc (Asociación de Consumidores) que aseguran que se trata de un "daño grave" para la imagen de Roma y del arte. La asociación ha pedido al ministro italiano de la Aministración Pública, Renato Brunetta, sancionar al personal responsable de lo sucedido.

"La burocracia ha matado el arte y ha herido a Roma", declara Carlo Pileri a los medios italianos, "interrumpir el concierto en el Pantheon, cuando faltaban sólo cuatro minutos para el final de la ópera es absurdo, también porque los organizadores sabían cuánto duraba el concierto",asegura.