Vargas Llosa: "Nunca estuvo en mis aspiraciones literarias ganar el Premio Nobel"

El escritor peruano se sometió a los flashes de los fotógrafos, al revuelo de las cámaras televisivas en busca del primer plano. No dio discurso e inmediatamente cedió la palabra a los periodistas.

Habló de política, de Latinoamérica, de economía y de la crueldad humana del colonialismo, que es sobre lo que versa su nueva novela "El sueño del celta" (Alfaguara, 2010). Sin embargo, existía cierta curiosidad por saber si ya tenía preparado el discurso de aceptación del Nobel. Vargas Llosa dijo que no, que desde su concesión no ha parado, que se siente agotado por el éxito del máximo galardón de las Letras.

Y todos tuvimos la sensación de que sí, de que el discurso que pronunciará en diciembre en Suecia lo tiene pensado o perfilado, dada su disciplina como escritor, y que es seguro que se guarda bajo llave el secreto.

Luego, Vargas Llosa enunció un puñado de frases que cayeron como un río de aforismos en el auditorio de la Casa de América de Madrid. Sentencias como éstas que tanto nos gustan a los periodistas para cuajar un titular.

"Nunca estuvo en mis aspiraciones literarias ganar el Nobel. Yo sólo quería escribir buenas novelas. Quería que mis libros se leyeran. Da la impresión de que el Premio Nobel es muy importante", dijo.

Y después, Mario Vargas Llosa rememoró los 20 minutos posteriores al nombramiento y cómo su casa en Nueva York se llenó de gente, de periodistas: "¿Quién les dijo que vivía allí?; ¿cómo llegaron a mi casa?", añadió.

El flamante Premio Nobel de Literatura, se despidió de la prensa. No sin antes pronunciar otra tanda de afirmaciones que bien podrían ser carne de titular:

"Mi vida es escribir. Cuando ese horario se interrumpe, me siento como perdido".

"A mí, me encontrará la muerte con la pluma en la mano".

"Tengo envidia de los escritores con vidas demoníacas".