Qué hay de verdad y qué de ficción en la trama yihadista de 'El Príncipe'

  • La ficción de Plano a Plano se ha convertido en la serie con más éxito de Telecinco de hecho, el último capítulo emitido registró una audiencia de casi cinco millones de espectadores. 

    Lainformacion.com analiza con Andrés Ortiz y Xavier Rius, periodistas expertos en yihadismo 2.0 y conflictos árabes, la serie con más éxito del momento. 

Barrio del Príncipe. Foto Fidel Raso
Barrio del Príncipe. Foto Fidel Raso
Blanca Calvo Arro

Que 'El Príncipe' es todo un éxito es un hecho. Los casi cinco millones de personas que vieron su penúltimo capítulo es un dato que lo avala. Sin embargo, sus creadores en un primer momento tuvieron dudas. Representar una realidad como es el yihadismo y el terrorismo y, además, en un barrio tan celoso de su intimidad como es el Príncipe era un verdadero reto. Pero, ¿han conseguido los creadores de 'El Príncipe' transmitir una realidad como es el terrorismo?

Lainformacion.com habla con Andrés Ortiz, periodista especializado en yihadismo 2.0 y autor del libro 'Cómo el Estado Islámico ha conquistado Internet y los medios de comunicación', y con Xavier Rius Sant, periodista especializado en conflictos árabes.Ceuta el lugar idóneo

La ficción se ha desarrollado por completo, salvo los tres últimos capítulos, en Ceuta. En concreto en el barrio del Príncipe. Uno de los barrios más peligrosos de Europa. Así se describía hace unos años a la barriada del Príncipe Alfonso. El barrio ceutí ha vuelto al punto de mira por la operación anti-yihadista. Sin ir más lejos, la pasada semana la Guardia Civil encontraba un zulo con armas que pertenecían a una células yihadista.

“En Ceuta, concretamente en la zona del Príncipe, hay unas estadísticas de radicalización más altas que por ejemplo en Andalucía, que es la tercera región en España con mayor presencia de musulmanes. Son datos que parecen que obedecen al planteamiento que hacen algunos sociólogos. Estos relacionan la radicalización con una mayor concentración de población musulmana en unas condiciones socioeconómicas mucho más pobres que en otra zonas y, sobre todo, la presencia de focos islámicos radicales. Está demostrado que la radicalización independientemente de que te llegue por Internet suele ser más rápida y mucho más agresiva en un barrio”, explica Ortiz.Hermanos terroristas

Otra de las peculiaridades que presenta la ficción de Plano a Plano es el hecho de que en una misma familia, la familia Ben Barek, haya más de un foco de radicalización. Algo que en un primer momento puede llamar la atención se ha demostrado que está a la orden del día.

“En los últimos atentados se está dando el fenómeno de que son precisamente hermanos los que llevan a cabo un atentado. Ocurrió en Bostón, volvió a pasar en la revista de 'Charlie Hebdo', ahora ha ocurrido en Bruselas”, comenta el experto Andrés Ortiz.

Otro punto en común que presenta 'El Príncipe' con la vida real es la rápida radicalización. En la serie se ha podido ver cómo varios jóvenes caen en las redes de una célula yihadista de manera muy rápida. Muchos espectadores pueden pensar que esto solo pasa en la ficción, pero no. Los últimos testimonios de familias que han sufrido la captación o radicalización de alguno de sus miembros han demostrado que estas son cada vez más inmediatas.

“No es normal que las personas se radicalicen en tiempo récord y terminen en Siria. Pero entrevistas como la que daba la pasada semana una madre francesa sobre cómo su hijo cambió y viajó a luchar con el Estado Islámico en meses, ha hecho que este concepto cambie”, señala Ortiz.Los jóvenes siguen siendo el blanco más fácil

Esto es algo que se ha mantenido a lo largo de toda la trama de la serie. De hecho, la producción ya comienza con un joven que se ha inmolado en Túnez. Los jóvenes son los que dan su vida y los adultos los que les empujan hacia el 'paraíso'. Y, una vez más, la ficción coincide con la realidad.

“Los adolescentes suelen ser un colectivo mucho más permeable a cualquier tipo de radicalización. De hecho, los mensajes del Estado Islámico, los vídeos de propaganda del terror, la inmensa mayoría están destinados a gente joven. Les intentan demostrar que pueden conseguir por la vía rápida y fácil todo lo que anhelan y ahora mismo no tienen: éxito, pertenencias, mujeres... Les están vendiendo una salvación divina. El mensaje es el idóneo para ese público”, afirma el autor de 'Cómo el Estado Islámico ha conquistado Internet y los medios de comunicación'.

Pero como en toda ficción, hay partes que no se corresponden con la realidad. Hay fragmentos de la serie que el día a día de agentes del CNI o de terroristas no ocurrirían tal y como nos ha mostrado Plano a Plano.Un agente del CNI nunca diría que es un espia

Muchas veces por miedo a que no se entienda bien una trama o a que el espectador no sea capaz de sobrentender algo se cae en errores que en la vida real nunca se producirían. Sin ir más lejos, hay uno que seguramente a ningún fan de 'El Príncipe' se le ha escapado.

Ese momento en el que el inspector Morey va corriendo por la costa ceutí mientras habla con el manos libres de su misión secreta. No hacía falta estar muy cerca del agente del CNI para enterarse de lo que llevaba entre manos. O la confesión del agente Morey a Fátima sobre su verdadera profesión.

“Nunca un agente del CNI te dirá que es espía. La palabra espía no se utiliza. El agente del CNI, al margen de que vaya camuflado como agente de Policía Nacional, el agente es un operativo o analista. En este caso todos son operativos, pero nunca te dirían que son espías”, explica el experto.

Otro de los fallos que el experto ve en los últimos capítulos es "cómo se presenta el momento en el que las niñas secuestradas se van a inmolar en la Alhambra. Eso no pasaría. Es imposible que ante la visita de un miembro de cualquier familia real no se llenen los alrededores de GEOS y agentes del CNI".No todos los musulmanes son terroristas

Una de las mayores críticas que tuvo 'El Príncipe' al acabar su primera temporada fue que la serie acabara mostrando a todos los personajes masculinos como terroristas o narcotraficantes. De hecho, incluso Hakim, el policía ceutí que bebía cerveza, comía jamón, presumía de ser ateo y mantenía una relación con una compañera, resultó ser un terrorista infiltrado.

“Todos los protagonistas masculinos musulmanes o de cultura musulmana que parecían occidentalizados, laicos, o incluso agnósticos, se convirtieron en terroristas suicidas o reclutadores de terroristas. Personajes que pareciendo hasta el minuto antes europeizados y pacíficos, al grito de "Alahú Aakbar", se transmutaban en asesinos múltiples llenos de odio. Esto da una imagen equivocada de este tipo de personas”, cuenta Rius.El peligro de alargar una trama

Los creadores de 'El Príncipe', cuando pensaron en desarrollar esta trama, nunca imaginaron el éxito que han recogido a lo largo de estos dos años. Un éxito que también ha llevado a que la propia cadena y los espectadores pidieran más de los personajes. Como consecuencia la ficción ha terminado con dos temporadas y media (los últimos ocho capítulos que forman el desenlace). Una duración que para los expertos es demasiado.

La trama ha sido un poco forzada. Ademásdesde mi opinión, falta mostrar esa gran mayoría de las zonas magrebíes que hacen Ramadán. Esos personajes desde mi opinión faltan”, cuenta el periodista.

El hecho de alargar la trama en muchas ocasiones provoca que la ficción se separe de la verdad.

En los primeros capítulos era mucho más fiel a la realidad. De hecho a los cuatro días del estreno hubo una gran operación anti-yihadista en Ceuta, lo que le dio todavía mucha más credibilidad. Sin embargo, a medida que ha ido avanzando, quizás por alargar la trama, esta conexión entre realidad y ficción se ha ido perdiendo” termina Xavier Ruis.

No obstante, aún así ambos expertos coinciden en que "la realidad del Príncipe supera la ficción".

Mostrar comentarios