Vetusta Morla cierra hoy un capítulo antológico de su incipiente leyenda

  • El sexteto madrileño Vetusta Morla cierra esta noche la serie de cinco conciertos que la banda ha ofrecido en los últimos días en La Riviera de Madrid con gran éxito de crítica y público y, con ella, uno de los capítulos más importantes de su incipiente leyenda.

Javier Herrero

Madrid, 17 dic.- El sexteto madrileño Vetusta Morla cierra esta noche la serie de cinco conciertos que la banda ha ofrecido en los últimos días en La Riviera de Madrid con gran éxito de crítica y público y, con ella, uno de los capítulos más importantes de su incipiente leyenda.

Pocos son los grupos, mucho menos nacionales, que pueden presumir de haber completado durante tantos días el aforo de más de 2.000 personas de esta sala madrileña, el mismo escenario que hace poco más de una semana atestara una muchedumbre de nostálgicos de los años 90 para disfrutar de una de las referencias de aquella década, los estadounidenses The Smashing Pumpkins.

Cada generación se empeña en encontrar su propia voz y, habida cuenta de lo visto anoche, Vetusta Morla parece haberse convertido en una de las principales portavoces musicales de la juventud del nuevo siglo, en uno de los grupos que, dentro de veinte años y si todo marcha como sigue, podría ser recordado como una de las marcas distintivas de este tiempo que vivimos.

Tras su paso por el Día de la Música Heineken el pasado verano, esta nueva parada y fonda de los madrileños en su ciudad ha adquirido los tintes de cita histórica, ya sea por su formato (una minirresidencia que les permite introducir sorpresas como la colaboración ayer de Annie B. Sweet) o por el entusiasmo del público veinteañero, que corea rendido casi todas sus canciones.

Sorprende la consistencia de su repertorio, sobre todo para una banda joven que, amén de alguna "demo" y un EP, sólo dispone en el mercado de dos álbumes -"Mapas" y "Un día en el mundo"- lanzados sin el amparo de una gran discográfica y que esta semana han alcanzado las 20.000 y 40.000 copias vendidas, respectivamente.

Los temas que más triunfan entre la concurrencia siguen siendo los más antiguos, "Valiente", "Saharabbey road" y "Un día en el mundo", pero "Mapas", el disco que han estrenado este año y que presentan en esta gira, les ha proporcionado nuevos recursos que aguantan bien el tipo y que, por momentos, brillan con igual intensidad.

Eso sucede con "Lo que te hace grande", "El hombre del saco" y, sobre todo, "Los días raros", la atípica canción con la que los Vetusta han arrancado cada una de estas cinco noches. Debería aparecer en un manual de contraindicaciones sobre cómo hacer una canción, decía recientemente en una entrevista con Efe el letrista y guitarrista de la banda Juan Manuel Latorre.

La progresión de "Los días raros" discurre casi de forma paralela a su carrera. Comienza abajo, tímidamente, e inicia un 'crescendo' sostenido durante sus casi siete minutos de duración, con una interrupción súbita, hasta el catártico final, que deja a la audiencia lista para las casi dos horas de espectáculo que seguirán.

Junto a su empatía con el público, éste es un ejemplo de una de las probables bazas de esta pandilla de Tres Cantos (Madrid): el difícil equilibrio entre la osadía en la composición, el riesgo, y la dosis justa de melodía y épica, con sus "u-oooh" y "la-la-la", en la línea de grupos como Coldplay o U2.

Aunque dan la impresión de triunfar a su pesar, quizás llegue el día en que, como en el caso de estos grupos, su poder de convocatoria o su agenda no les permita más que tocar en grandes estadios y pabellones.

Será entonces, quizás, cuando alguien recordará con cierto poso de orgullo que vio a Vetusta Morla en una de aquellas cinco grandes noches en La Riviera de Madrid.

Mostrar comentarios