La vida de Pepa Flores tras 'matar' a Marisol: con un huerto y criando gallinas

  • La Academia de Cine ha otorgado el premio honorífico a la actriz que dejó todo para escapar del personaje.
Pepa Flores
Pepa Flores
EP

Los Goya 2020 ya tienen sede y premiada de honor. Serán el 25 de enero en la ciudad de Málaga y premiarán a una de sus ciudadanas más famosas de todos los tiempos, la actriz Pepa Flores, la mítica Marisol. La ceremonia sigue con su 'gira' y, tras celebrarse este año en Sevilla, el próximo vuelve a Andalucía, en concreto a la ciudad que también vio nacer a Pablo Picasso.

Las "inolvidables interpretaciones" de Flores y, particularmente, su protagonismo absoluto en el cine de los años 60, 70 y principios de los 80 le han valido este reconocimiento, que ha sorprendido a muchos no porque no lo merezca, sino porque Pepa lleva tanto tiempo retirada del foco público. En concreto, 34 años, desde que en 1985 rodase 'Caso Cerrado'. Fue la última película de la veintena que llegó a grabar, más alguna serie en las que España fue testigo de su paso de niña a mujer.

Pero su carrera no fue fácil. Fue descubierta con tan solo 11 años por el productor Manuel Goyanes, que se la llevó a vivir a Madrid, cambió su nombre y la convirtió en una estrella... aunque sin tener en cuenta que era tan solo una niña. Siempre se ha dicho que tuvo un contrato de trabajo que beneficiaba a su representante más que a ella, el cual dejó al resto de sus figuras para dedicarse a la niña Marisol, que era una mina. Para más inri, cuando tenía 20 años se casó con su hijo Carlos, pero el matrimonio apenas duró tres años.

Cuando conoció a Antonio Gades todo cambió. Pasó de ser una niña del régimen franquista a musa de la izquierda, pues el bailarín le inculcó esas ideas, hasta tal punto que se casaron en La Habana en 1982 con Fidel Castro de padrino. De hecho, Pepa llegó a estar afiliada al PCE y después al Partido Comunista de los Pueblos de España. Si bien cuando se separó de Gades, en 1986, dejó toda esta militancia política. Con él tuvo tres niñas, María, Tamara y Celia. María Esteve ha seguido sus pasos como actriz, mientras que Celia, que ha adoptado el apellido Flores, es cantante.

En estos últimos años 70 y principios de los 80, ya estaba desvinculada de los Goyanes y seguía su propio camino, si bien el hartazgo que llegó a producirle su personaje y el asedio mediático hizo que cuando se divorció del bailarín 'matara' a Marisol y se retirara. De forma radical, nunca más volvió a actuar. Tras dedicar toda su vida al mundo del espectáculo, Pepa Flores recuperaba su identidad y cambiaba el rumbo de su vida. Para el recuerdo quedará su portada de 'Interviu' con unas fotos cuya procedencia nunca estuvo clara y que a ella le hicieron mucho daño, pues en principio se las hizo con su exproductor para probar suerte en una película de Hollywood. Nunca para la revista.

Vida tranquila en el mar y en el campo

Ahora, a sus 71 años, la exactriz vive tranquila y feliz en su ciudad natal, frente al mar. Tiene un apartamento en una céntrica calle de Málaga, en uno de los pisos más altos, lo que le permite ver el mar desde casa. Desde poco después de retirarse conoció al hombre que de verdad ha querido a Pepa Flores, no a Marisol, el italiano Massimo Stecchini, al que conoció en una pizzería. Los 11 años menos de él nunca han sido un problema y siempre han estado muy unidos.

En Málaga llevan una vida normal. Salen a pasear por el Paseo Marítimo, a cenar y comer en algunos restaurantes y allí acuden a visitarla sus hijas y sus nietos. Pero, además, Pepa tiene otra afición, el campo. Junto a Massimo adquirió hace unos años una finca en la localidad de Moclinejo, a solo 27 kilómetros de Málaga, donde se construyeron una casa y tienen terrenos de cultivo donde han puesto un huerto y hasta un gallinero.

Allí, la pareja se refugia cuando quiere huir en verano del bullicio de la capital y se dedica a cuidar su parcelita. Una vida muy tranquila que podría verse interrumpida el próximo enero. Porque la gran pregunta es si Pepa accederá a dejar su retiro y acudirá a recoger su Goya. Por el momento no se sabe nada y todavía queda tiempo, pero sin duda su presencia sería un acontecimiento casi histórico. Si no acude, puede que sea su hija María Esteve, habitual de la alfombra roja, quien lo haga en su nombre. O puede que no vaya nadie. Con Pepa Flores todo es un enigma.

Mostrar comentarios