Yuri Basmeht conquista el FIS en una brillante despedida a la rusa

  • El Festival Internacional de Santander (FIS) ha despedido su 60 aniversario a la rusa: música de Prokofiev y Tchaikovski interpretada por una orquesta joven en un país de larga tradición, la Sinfónica de la Nueva Rusia, que ha firmado un brillante debut en España bajo la batuta de Yuri Bashmet.

Santander, 26 ago.- El Festival Internacional de Santander (FIS) ha despedido su 60 aniversario a la rusa: música de Prokofiev y Tchaikovski interpretada por una orquesta joven en un país de larga tradición, la Sinfónica de la Nueva Rusia, que ha firmado un brillante debut en España bajo la batuta de Yuri Bashmet.

Ha sido un debut en dos etapas, porque la orquesta moscovita ha tenido la oportunidad de enseñar sus buenas cartas en las dos últimas jornadas del festival, que, como ya es habitual, ha dedicado su tramo final a la música sinfónica.

Si ayer la "New Russia" sedujo con un concierto en el que Bashmet mostró sus dos facetas, en el podio como director y a la viola como solista, esta noche ha vuelto a entusiasmar al público con un programa enteramente ruso, interpretado por rusos.

Esta orquesta estatal nació hace poco más de veinte años, en 1990, y su titular, que la dirige desde 2002, se ha propuesto que el público sienta en cada concierto que la música "está siendo creada de nuevo ante sus ojos y sus oídos", según afirma este intérprete polifacético considerado por la crítica como el mejor viola del mundo.

Bashmet y su orquesta han propuesto un interesante juego en la primera parte del concierto, dos lecturas musicales del drama de Shakespeare "Romeo y Julieta" separadas por medio siglo de historia pero igualmente familiares para el público.

Así, el concierto ha arrancado con la "Obertura fantasía Romeo y Julieta" de Tchaikoski, escrita en 1870 y considerada como la primera obra maestra del autor del "Cascanueces", en una interpretación que ha ido ganando en intensidad.

Y después, una vibrante selección de la segunda suite orquestal que compuso Prokofiev a partir de su ballet, ya en la década de los treinta del pasado siglo, que ha sido acogida con entusiasmo, muchos aplausos y algún bravo.

En la segunda parte Bashmet y sus músicos han vuelto al romanticismo de Tchaikoski, con una de sus últimas sinfonías, la quinta, que ha terminado de conquistar al público del festival.

Y con la propina, un nuevo viaje, de la lejana Rusia al lejano Brasil, nada menos que con el "Tico tico" de Zequina de Abreu, que popularizó en el Hollywood de los treinta la inolvidable Carmen Miranda, tan ligada para el recuerdo a esa música como a su inenarrable tocado de frutas.

Con el "Tico tico" han brillado todas las secciones de la orquesta y aunque el viraje ha sido algo brusco, ha conseguido que los espectadores, algo sorprendidos por la elección de Bashmet, se despidieran de una edición marcada por la crisis con una sonrisa en los labios.

Y es que al Festival la mala situación económica le ha aguado en parte la fiesta de cumpleaños. El "Otello" de Verdi, la ópera inaugural de este año, fue en versión de concierto y la despedida, que tradicionalmente ha coincidido con la del mes de agosto, se ha adelantado varios días.

No han pasado por el FIS las grandes estrellas internacionales que abrían el cartel otros años pero ha habido buena música, no solo en Santander sino en un buen número de localidades de Cantabria, de la mano de los "Marcos históricos", algunos momentos para el recuerdo y también para la nostalgia, con su regreso a la Plaza Porticada, que fue su escenario hasta que hace veinte años abrió sus puertas el Palacio de Festivales.

Tras sesenta ediciones el de Santander es, junto con el de Granada, el más veterano de España y su responsable, José Luis Ocejo, el director que más tiempo lleva al frente de un festival que este año ha querido mirar a Europa a través de la música.

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