Arrecia pulso entre el clero y Morales en Bolivia antes de su viaje a Roma

El clero boliviano y Evo Morales, cuyas relaciones han estado jalonadas de altos y bajos, se han enzarzado en un nuevo cruce de acusaciones en vísperas de la visita del presidente boliviano al Vaticano donde se reunirá con el papa Francisco.

Tras la tregua que siguió a la visita de Francisco a Bolivia en julio de 2015, en las últimas semanas han vuelto a volar los dardos entre dos instituciones que se miran con recelo desde la llegada del izquierdista Morales al poder en 2006.

Morales ha acusado en varias ocasiones a los representantes de la Iglesia católica boliviana de servir a los intereses de la derecha criolla.

Y los obispos no se han mordido la lengua ante lo que consideran como un ninguneo de las autoridades de La Paz.

"Se constata el vacío de líderes auténticos, veraces y honestos", dispararon los obispos al inaugurar el jueves en la ciudad de Cochabamba (centro) una de sus habituales asambleas anuales, en un espacio de reflexión y análisis de la problemática local.

En una clara alusión a Morales, los religiosos consideran que un líder debe "respetar el poder y la voz del pueblo, sin centralismos ni partidismos, administrando honradamente los bienes del Estado solo y únicamente en favor de país".

Hace una semana, la Iglesia católica ya denunció en un comunicado la penetración del narcotráfico "incluso en estructuras estatales y fuerzas del orden, comprando conciencias".

Una denuncia que llevó a Morales, que en febrero perdió un referéndum para poder presentarse por cuarta vez consecutiva a reelegirse, en 2019, a retar a la iglesia a que lo demuestre.

"No acepto que nos digan narcotraficantes, no comparto, por eso estoy dando un ultimátum (a los obispos, para) que den nombres de quiénes son los narcotraficantes del Estado", espetó Morales.

El vicepresidente Alvaro García se sumó este viernes a la ofensiva gubernamental criticando el elitismo de los actuales jerarcas eclesiásticos, alejados del pueblo, especialmente de los pobres, y urgiendo una renovación.

"Lo que le falta a la Iglesia católica boliviana es la construcción de líderes con la capacidad de entender y conocer Bolivia y ayudar a unir a Bolivia" y hay "una jerarquía muy distanciada de la iglesia de base, muy distanciada de la realidad boliviana", afirmó la segunda autoridad del país.

El analista Carlos Borth critica la posición del gobierno a una semana de la visita de Morales al Vaticano para reunirse con el papa Francisco durante el encuentro de movimientos sociales previsto los días 15 y 16 de abril en Roma, según informó esta semana el canciller David Choquehuanca.

Tras recordar que la Iglesia católica boliviana es la "más poderosa institución de la sociedad civil", el conflicto no ayuda ni siquiera al propio gobernante, con gran respaldo de indígenas y campesinos.

"Yo creo que es un error político gubernamental enfrentarse con la iglesia" dijo Borth a la AFP y acotó que el escenario podría complicarse más aún, ante la cercanía de esa cita.

El presidente boliviano visitará por segunda vez al papa en el Vaticano, luego del encuentro que sostuvieron en 2013, en el marco de un encuentro también de movimientos sociales.

Ambos han manifestado mutuos elogios en el pasado y Morales incluso señaló que su convicción religiosa reflotó, tras la labor pública de papa argentino, a quien llama "hermano papa".

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