En declaraciones a los medios, Villarroel ha dicho que se está trabajando "con mucha intensidad y buena colaboración" entre los bomberos madrileños y toledanos, y la estrategia ahora se está centrando en "intentar cortar la propagación del fuego para que dure lo menos posible y para contener la nube de humo, que es lo más preocupante".
En todo caso, ha puesto el acento en que esta nube de humo no está afectando a ningún núcleo de población de Madrid.
Ya son más de 8 dotaciones las que han venido desde la comunidad madrileña, y que ahora están trabajando "contra una intensidad y una altura de llamas que hacen necesaria la presencia de máquinas pesadas para realizar barreras y separar el combustible".
Tras reconocer que el viento de hasta 25 kilómetros por hora está dificultando los trabajos, ha descrito que el fuego está cogiendo "mucha virulencia" y haciendo "remolinos" entre los neumáticos.
"Ahora necesitamos bajar la temperatura de los neumáticos, el trabajo de extinción va a ser muy laborioso, pero creemos que podemos conseguir en poco tiempo parar el avance de las llamas y solo atacar a las ruedas ya quemadas", ha señalado.
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