EL ALCE COLONIZÓ LA TUNDRA DE ALASKA POR EL CALENTAMIENTO GLOBAL DEL SIGLO XX

Poblaciones de alces se establecieron en cientos de kilómetros de la tundra de Alaska (Estados Unidos) debido a veranos más cálidos y duraderos en el siglo XX, lo que aumentó la disponibilidad de que estos mamíferos se alimenten de arbustos en esa región biogeográfica polar.
Así lo atestigua un estudio dirigido por Ken Tape, de la Universidad de Alaska, y publicado por ‘PLOS ONE’, la revista científica de la Librería Pública de la Ciencia. El alce, un animal icónico de la vida silvestre en Alaska, estaba en realidad ausente de la tundra de esta región antes del siglo pasado, lo que se achacó a la caza.
La tundra se caracteriza por ser un paisaje con plantas muy bajas y los alces deben buscar alimento en los arbustos que sobresalían por encima de la nieve durante el invierno para sobrevivir. Los autores del estudio quisieron investigar si la falta de vegetación arbustiva disponible era una alternativa para explicar la ausencia previa de alces en la tundra de Alaska.
Los investigadores utilizaron los recientes cambios en la extensión de los arbustos y la relación entre la altura de estos y las temperaturas veraniegas para calcular el hábitat disponible para los alces en la región ártica de Alaska en 1860, para compararlos con la existente en 2009.
Los científicos hallaron que la altura media de los arbustos se incrementó desde 1860 entre 1,1 y 2 metros, lo que aumenta en gran medida el forraje disponible que sobresale por encima de la nieve.
Por tanto, los arbustos de antes del siglo XX eran demasiado cortos y escasos en la tundra para alimentar a los alces. Los científicos afirman que esta vegetación ha aumentado debido al calentamiento de la pasada centuria, con estaciones estivales cada vez mayores, de manera que estos mamíferos se han desplazado hacia el norte y han colonizado la tundra de Alaska.
No obstante, precisan que la altura media de los arbustos en 1860 es sólo una estimación, pese a lo cual aclaran que su disponibilidad posterior puede explicar el establecimiento de alces en la tundra a lo largo de cientos de kilómetros, lo cual, según los investigadores, “puede ser uno de los cambios más dramáticos de la fauna relacionados con el cambio climático”.
“A pesar de que los científicos han estado anticipando los cambios en la vida silvestre en respuesta a los cambios observados en el clima y la vegetación del Ártico, éste es uno de los primeros estudios que lo atestiguan. Hemos demostrado que el desplazamiento hacia el norte a gran escala de los alces fue probablemente debido al creciente hábitat de arbustos en la tundra”, concluyó Tape.

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