DISCAPACIDAD. MARTÍ RIERA, PRIMERA PERSONA CON LESIÓN MEDULAR EN CRUZAR A NADO EL CANAL DE MENORCA

- Quería demostrar que “las personas con discapacidad pueden conseguir lo que se propongan”. El menorquín Martí Riera se convirtió el pasado 4 de julio en la primera persona con lesión medular en cruzar a nado los más de 37 kilómetros que separan las islas de Menorca y Mallorca.
El deportista, que tiene una lesión medular y se desplaza en silla de ruedas desde el año 2007, realizó la travesía del Canal de Menorca solo con los brazos, demostrando que “las personas con discapacidad pueden conseguir lo que se propongan”.
Así lo indicó Riera en una rueda de prensa en la que detalló la travesía, que comenzó el 4 de julio a las 5.28 horas y finalizó a las 15.41 horas. Durante esas 10 horas y 13 minutos, Riera recorrió los 37 kilómetros y 290 metros que separan Menorca y Mallorca, haciendo uso únicamente de sus brazos. Se trata del decimotercer nadador en completar el Canal de Menorca bajo las normas de Menorca Channel Swimming Association, el primero con discapacidad y el segundo con la mejor marca.
“Quería mandar el mensaje de que una persona con discapacidad puede llegar lejos y puede conseguir lo que se proponga”, manifestó Riera, que destacó la importancia de que “la gente pueda ver que lo podemos conseguir” y que su acto se convierta en “una herramienta para ayudar a las personas con discapacidad” a entender que “si se intenta y si se tienen ganas, se puede llegar bastante lejos”.
Un juez de la Menorca Channel Swimming Association estuvo presente durante toda la travesía. Para el cruce entre las dos islas baleares, la asociación determina que el nadador no puede utilizar traje de neopreno ni ningún tipo de bañador diseñado para retener el calor del cuerpo ni para ayudar en la flotabilidad o velocidad del deportista. Además, no se permite ningún contacto con el nadador por parte de ningún objeto o persona.
Riera relató que al principio “fue un poco caótico”, porque “había medusas, estaba muy oscuro, las olas me empujaban a las rocas y me puse un poco nervioso”, pero en el momento en el que amaneció se encontró mucho mejor porque ya era capaz de ver a las medusas y esquivarlas. Otro de los momentos duros para el nadador menorquín fue que “como consecuencia de la sal, se me dormía la lengua y el cuello y me entraron vomiteras”, así como ver Mallorca durante 20 kilómetros, donde “parece que nunca llegas”.
"NADAR ES LIBERTAD"
Sobre su discapacidad, consecuencia de un accidente ocurrido hace 10 años, Riera afirmó que “tener un accidente es una patada, pero es lo que hay”. En este sentido, explicó que él se cayó en un foso y en ese momento “o te quedas ahí abajo o sales, y yo decidí salir”, porque, a pesar de que “te limita día a día, puedes hacer cosas muy importantes”.
Riera, que comenzó a nadar como consejo para superar el dolor que le provocaban las placas que tiene en la espalda, remarcó la felicidad que siente cuando está nadando, porque supone “salir de la silla de ruedas e ir donde quiera” y para él es “una manera de desconexión de libertad”.
Este nadador ha podido cumplir el reto gracias una beca especial de Fundación Grupo Sifu, entregada en octubre de 2016 en la celebración del 15 aniversario de la delegación de grupo de las Islas Baleares, porque, tal y como señaló el vicepresidente de Grupo Sifu, Albert Campabadal, este reto era “un ejemplo claro” del objetivo de la fundación, que consiste en “sensibilizar a la población sobre la discapacidad y dar a conocer la discapacidad”.

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