Un avión de EgyptAir se estrella en el Mediterráneo y no se descarta un atentado

Un avión de EgyptAir que iba de París a El Cairo se estrelló este jueves cerca de una isla griega con 66 personas a bordo, y las autoridades no descartan un posible acto terrorista.

Sin embargo, la confusión reinaba en torno al hallazgo de posibles restos del Airbus A320. Las Fuerzas Armadas griegas habían anunciado en un primer momento el hallazgo de restos del aparato cerca de la isla griega de Creta. Más tarde, el presidente del Comité griego de seguridad aérea aseguró a la AFP que "el análisis de los restos encontrados indica que no pertenecen a un avión".

"Mi homólogo egipcio me ha confirmado también que no se ha demostrado que los restos fueran los del vuelo de EgyptAir", afirmaba Athanassios Binis.

Sin embargo, EgyptAir había anunciado previamente en Twitter "el hallazgo de restos del vuelo MS804", precisando que se habían encontrado "chalecos salvavidas y pedazos de plástico" flotando en el mar cerca de la isla griega de Kárpatos.

El vuelo MS804 desapareció repentinamente de los radares en la madrugada (hora local) del jueves sin que el piloto indicara "ningún problema" y cuando las condiciones del vuelo, que se acercaba a las costas egipcias, eran excelentes.

Siempre manteniendo la prudencia, el ministro egipcio de la Aviación Civil consideró que esta situación podía "llevar a pensar que la probabilidad (...) de un ataque terrorista es más alta que la de una fallo técnico" para explicar su desaparición.

"Pero no quiero sacar conclusiones precipitadas", precisó Cherif Fathy a la AFP.

El presidente francés, François Hollande, declaró un poco antes que "no se descarta ni se privilegia ninguna hipótesis", accidente o atentado terrorista.

Francia ha enviado a varios expertos a Egipto para participar en la investigación sobre las causas que hicieron precipitarse al aparato.

Por su parte el presidente egipcio, Abdel Fata al Sisi, llamó a "intensificar la búsqueda" para encontrar los restos del avión.

La tripulación del Airbus A320 no envió ningún mensaje de emergencia, según las fuerzas armadas egipcias y la aviación civil griega, lo que sugeriría que se produjo algo repentino.

El vuelo MS804 llevaba 56 pasajeros, entre ellos un niño y dos bebés, siete tripulantes y tres agentes de seguridad, indicó la compañía nacional egipcia.

Por nacionalidades, según Egyptair había 30 egipcios, 15 franceses, dos iraquíes, un británico, un canadiense, un belga, un portugués, un argelino, un sudanés, un chadiano, un saudí y un kuwaití.

Por su parte, el ministerio canadiense de Exteriores afirmó que había dos de sus nacionales a bordo.

El avión despegó del aeropuerto parisino de Roissy-Charles de Gaulle poco después de las 23H00 (21H00 GMT) y debía aterrizar en El Cairo a las 03H05 (01H05 GMT).

El aparato se habría estrellado frente a las costas de la isla de Kárpatos, situada entre Creta y Rodas, "cuando se hallaba en el espacio aéreo egipcio", según fuentes de la aviación civil griega. Después de caer brutalmente dando dos giros, desapareció de los radares en torno a las 00H30 GMT (03H30 locales).

Antes de precipitarse al mar, el piloto no señaló "ningún problema" a los controladores aéreos griegos durante su última conversación. Incluso estaba "de buen humor y dio las gracias a sus interlocutores en griego", según su jefe, Constantin Litzerakos.

Las fuerzas armadas egipcias explicaron que la tripulación no envió ningún "mensaje de emergencia".

Los medios griegos indicaron que un barco que navegaba en la zona habría visto una bola de fuego en el cielo, una información que no se ha confirmado oficialmente.

El Airbus cayó a unas 130 millas marinas (240 km) de la isla de Kárpatos, cuando acababa de entrar en el espacio aéreo egipcio, según las autoridades griegas.

Esta desaparición se produce en un contexto difícil en Egipto, enfrentado a múltiples desafíos económicos y de seguridad.

El atentado contra un avión de turistas rusos el 31 de octubre, que viajaba desde la estación balnearia de Sharm el Sheij a Moscú, causando 224 muertos, contribuyó a un derrumbe del turismo, un sector clave de la economía del país.

Ese ataque fue reivindicado por la rama egipcia del grupo yihadista Estado Islámico (EI), que multiplica en ese país los atentados y ataques, principalmente contra las fuerzas de seguridad.

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