Forenses ratifican que una de las niñas de Moraña presentaba signos de lucha, aunque el padre las había sedado

  • Los forenses que hicieron la autopsia a las niñas de Moraña (Pontevedra) asesinadas por su padre, David Oubel, en julio de 2015, han ratificado que en el momento en que murieron se encontraban bajo los efectos de fármacos, si bien han apreciado "claramente señales de lucha" en el cuerpo de la niña mayor.
Forenses ratifican que una de las niñas de Moraña presentaba signos de lucha, aunque el padre las había sedado
Forenses ratifican que una de las niñas de Moraña presentaba signos de lucha, aunque el padre las había sedado
EUROPA PRESS
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Así lo han comunicado en la segunda sesión del juicio que se sigue contra el padre en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, donde los forenses han indicado que aunque la niña más pequeña --Amaia, de 4 años-- presentaba una lesión "prácticamente única", la mayor --Candela, de 9 años-- tenía "hasta 10 heridas distintas".

Esto, unido a la posición en la que hallaron el cuerpo de Candela, a que era la única atada con cinta aislante --de la que habría conseguido liberar una de las muñecas-- y a que en su habitación encontraron una de las armas utilizadas para producir las lesiones --la radial--, ha llevado a los forenses a apuntar un posible "intento de escapatoria".

Finalmente, estos peritos, que han confirmado que además de la máquina radial se utilizó un cuchillo para matar a las dos niñas, han manifestado que las lesiones que registraron las pequeñas en la zona del cuello eran "totalmente incompatibles con la vida" y no tenían "posibilidades de supervivencia".

FÁRMACOS

En cuanto al uso de fármacos, los peritos han ratificado que detectaron sedantes y relajantes en una botella de agua y en las dos niñas, por lo que supuestamente ambas ingirieron los medicamentos por vía oral y después "transcurrió algo de tiempo" hasta su muerte, cuando todavía "se encontraban bajo sus efectos".

No obstante, han explicado que estos fármacos tuvieron un efecto diferente en cada una de las menores, lo que justifica los signos de lucha que presentaba la mayor. Así, han recordado que el volumen de distribución de los fármacos depende del peso, a lo que se añade que se desconoce cuánto bebió cada una de las niñas.

Este miércoles también han comparecido en la segunda sesión del juicio facultativas del servicio de criminalística del Instituto Nacional de Toxicología, la jefa del servicio de biología del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, y agentes del servicio de criminalística de la Guardia Civil, que elaboraron informes o recogieron muestras y han redundado en estas afirmaciones.

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