El Papa confiesa en una entrevista que duerme como un tronco y tiene alergia a los aduladores

  • En un mundo en el que cada vez tenemos menos tiempo para las cosas cotidianas, el sumo pontífice explica cómo evita el estrés. 

    El Papa cuenta en una entrevista a TV2000 que tiene alergia de los aduladores "porque adular a otro es usar a una persona para un uso, de forma oculta o visible, pero para conseguir algo para sí mismo. Es indigno".

El Papa confiesa en una entrevista que duerme como un tronco y tiene alergia a los aduladores
El Papa confiesa en una entrevista que duerme como un tronco y tiene alergia a los aduladores
L.I.
L.I.

El Papa ha concedido una entrevista a la cadena de televisión TV2000 en la que empezó haciendo un balance del año de la misericordia que acaba de finalizar y acabó hablando de que duerme seis horas como un tronco, que tiene alergia a los aduladores o que se merece a los detractores. 

En un mundo en el que nadie parece tener tiempo de nada, el estrés y la depresión afectan cada vez a más personas, el papa Francisco tiene algo que decir. Su respuesta contra el estrés empezó hablando de que "para mí la oración ayuda mucho" y continuó asegurnado que "después, duermo bien: es una gracia del Señor esta. Duermo como un tronco. El día de las réplicas del terremoto no he sentido nada. Todos lo han sentido, la cama que parecía bailar… No, de verdad, duermo seis horas, pero como un tronco. Quizás esto ayuda a la salud", aseguró con total naturalidad. Alergia a los aduladores

A la pregunta de qué le resulta más difícil de soportar, si los insultos de sus detractores o la fingida admiración de sus aduladores Francisco es muy claro de nuevo:  "¡Lo segundo! Tengo alergia de los aduladores. Alergia. Me ocurre de manera natural, ¿eh?, no es una virtud. Porque adular a otro es usar a una persona para un uso, de forma oculta o visible, pero para conseguir algo para sí mismo. Es indigno",

Y continúa el Pontífice recordando que en "Buenos Aires, en nuestro argot porteño, a los aduladores les llamamos “chupamedias”, que es el que se pasa todo el día chupando el calcetín del otro. Y es un poco feo que un hombre bien hecho se ponga a mordisquear los calcetines de otro. Y a mí, cuando me alaban, incluso por alguna cosa que ha salido bien, pronto uno se da cuenta si te alaban alabando a Dios, “¡está bien, bravo, adelante, esto se debe hacer!”, y cuando se hace para “darse aceite”".Los detractores "me lo merezco"

Y no se olvida el Papa de hablar sobre sus detractores. "Hablan mal de mí porque me lo merezco, porque soy un pecador: o al menos eso quiero pensar (risas). Aquello que no me hace pensar, no me preocupa. ¡Pero usted no se merece esto! No. Pero, por aquello que no sabe. Y así resuelvo el problema. Pero el adulador es…, no sé cómo se dice en italiano, es como el aceite…".El sentido del humor, necesario

Durante la entrevista también le preguntan al Papa sobre su afirmación de que la actitud humana más cercana a la gracia divina es el humor. Y Francisco recuerda que "el sentido del humor es una gracia que yo pido todos los días, y rezo esa hermosa oración de Santo Tomás Moro: ‘Dame, Señor, el sentido del humor’; que yo sepa reír ante una broma. Es muy hermosa esa oración. Porque el sentido del humor te lleva, te hace ver lo provisional de la vida y tomar las cosas un espíritu de alma redimida. Es una actitud humana, pero la más cercana a la gracia de Dios".Las tentaciones de un Papa, las de cualquier persona

Para la siguiente pregunta, que era personal, el Papa también tiene una respuesta: ¿cuáles son las tentaciones de un Papa y cómo explicaría a quien no es creyente, a quien no tiene el don de la fe, esta experiencia de ser mirado por el Señor? 

El Papa asegura que las tentaciones del Papa son las tentaciones de cualquier persona, de cualquier hombre. Según las debilidades de personalidad, que el diablo siempre usa para entrar, que son la impaciencia, el egoísmo, después un poco de pereza… puede suceder, pero entran todas, todas… Y las tentaciones nos acompañan hasta el último momento, ¿no? Los santos han sido tentados hasta el último momento, y Santa Teresa del Niño Jesús decía que se debe rezar mucho por los moribundos porque el diablo desencadena una tempestad de tentaciones, en ese momento, ¿no? Y también a ella. Ella ha sido tentada en la desconfianza, de falta de fe, ¿no? Seca como una piedra. Pero logró fiarse del Señor, sin sentir nada y sí venció la tentación.Dos historias de misericordia para no olvidar

Durante la entrevista a el Papa Francisco le piden que cuente algún caso que quiera recordar de manera especial de todos a los que ha asistido durante el año de la Misericordia. 

La primera historia que cuenta el Pontífice habla de su visita a las mujeres que están siendo rescatadas del sufrimiento de la prostitución. "Me acuerdo una de África: muy guapa, muy joven…, y explotada. Estaba embarazada. No solo había sufrido la explotación, sino que incluso la habían sometido a palizas y torturas: ‘Tienes que ir a trabajar’… Y ella, cuando contaba su historia, había 15 niñas allí que me contaron sus historias, me dijo: ‘Padre, he dado a luz en invierno en medio del camino y sola. ¡Sola! Y ahora mi niña está muerta’. La hacían trabajar hasta el final del día, porque si no llevaba suficientes ganancias la golpeaban y la torturaban. Un día le cortaron una oreja porque no había ganado lo suficiente. Esto es… Y yo pensaba no solo en los explotadores, sino también en los que pagan a las niñas: ¿Es que acaso no saben que con ese dinero, para buscar una satisfacción sexual, están contribuyendo a la explotación de esas niñas?"

La segunda historia que no olvida el Papa sucedió el día que acudió al hospital San Giovanni, a la sala de maternidad, "y había una mujer llorando, llorando, llorando, delante de sus hijos gemelos…, pequeños pero muy bellos. Su tercer hijo había muerto. Eran tres, pero uno había muerto. Ella lloraba por su hijo muerto mientras acariciaba a los otros dos. El don de la vida. Y entonces pensé en esa costumbre de deshacerse de los niños antes de que nazcan, ese horrendo crimen. Se deshacen de ellos porque les resulta mejor así, porque es más cómodo. Es una responsabilidad muy grande, es un pecado gravísimo, ¿no? Es una responsabilidad muy grande".

Y ¿qué les responde el Papa a quienes, entre ellos muchos cristianos, piensan que la misericordia alarga las mangas de la justicia y entonces es injusta? "Un adjetivo les dice Jesús a los doctores de la Iglesia que no querría que me dijese a mí: hipócrita. Cuántas veces Jesús dice este adjetivo a los doctores de la ley: hipócritas. Basta leer el capítulo 23 de Mateo: ‘Hipócrita’. Y hacen teoría, la misericordia sí… pero la justicia es importante. En Dios –y también en los cristianos, porque está en Dios– la justicia es misericordiosa y la misericordia es justa. No se puede separar: es una cosa sola. ¿Y como se explica? Ve a un profesor de teología que te lo explique… Y después el Sermón de la Montaña, en la versión de Lucas, viene el Sermón de la llanura. ¿Y cómo termina? Sean misericordiosos como el Padre. No dice: sean justos como el Padre. ¡Pero es lo mismo!"

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