El presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido, ha dado la bienvenida al escritor, que acaba de publicar el libro 'Objetivo: Generar Talento', una obra "indispensable" que, en palabras de Pulido, "desafía la manera en la que habitualmente entendemos este término, ya que deja de ser un don especial que sólo algunos poseen para ser el resultado de una inteligencia bien invertida, entrenada, ejercitada, puesta a trabajar".
Concretamente, Marina define la concepción de talento que aparece en su libro como "el buen uso de la inteligencia" y "la capacidad de elegir bien las metas y tomar decisiones correctas para lograrlas, gestionando bien las 'non cognitive skills' (perseverancia, responsabilidad, autocontrol). Aquí aparece también la capacidad de mantener una actitud continua de aprendizaje".
El filósofo, creador de la Universidad de Padres, cree firmemente que se puede reorientar el sistema educativo hacia el talento y asevera que "en cinco años podríamos tener un sistema educativo que genere talento, si dedicamos el 5 por ciento del Producto Interior Bruto". Consultado por los asistentes sobre su posición ante la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), Marina aboga no por un Pacto de Estado, sino por una hoja de ruta, es decir, "seguir con la ley, tras las elecciones establecer una hoja de ruta de seis meses, y después redactar una nueva ley".
Volviendo a su libro, señalaba que "la riqueza de las naciones hoy radica en su capacidad de generar talento. Por esto es tan importante estudiar este concepto: la educación es la gran generadora de talento, y por tanto, es la generadora de la riqueza de las naciones".
"Hoy día podemos producir una revolución educativa, ya que sabemos que podemos ampliar la inteligencia de los niños con la educación. La educación consiste en enseñar a jugar bien las cartas que da la vida y, en algunos casos, incluso cambiarlas", afirma.
La inteligencia es otro de los conceptos clave para Marina. Sus últimas investigaciones se centran en inteligencia de parejas e inteligencia de centros educativos; en este sentido, ha añadido que "la neurología ha demostrado que somos capaces de aprender más cosas de las que creíamos, capacidades como la creatividad se aprenden, son hábitos que pueden desarrollarse".
Según ha explicado Marina, la inteligencia del ser humano tiene un doble nivel, la inteligencia generadora o automática y la ejecutiva o consciente. "Nuestro cerebro es más inteligente que nosotros, y la inteligencia puede ampliarse incluso físicamente", concluye. Y aquí ha destacado el gran papel del proceso educativo, "destinado a que aumentemos las cosas que hacemos automáticamente para poder dirigir nuestra atención a más conocimientos".
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