Kerry y Lavrov intentan en Suiza lograr un plan de paz para Siria

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, mantenía negociaciones este viernes en Ginebra con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, para intentar llegar a un acuerdo sobre el conflicto sirio, pese a los reiterados fracasos de los últimos meses.

Luego de dos días de reuniones telefónicas y anuncios sobre un posible encuentro cara a cara, Kerry llegó finalmente este viernes a Ginebra, para encerrarse en otra ronda de negociaciones con Lavrov, que ya estaba en la ciudad suiza.

Según el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, ambos responsables intentan llegar a un acuerdo de mínimos sobre las modalidades de una tregua de los combates "de siete a diez días", mientras que las fuerzas gubernamentales cerraron su cerco en torno a Alepo, la gran ciudad del norte.

"Todavía hay algunos puntos que no se han fijado", señaló Steinmeier, asegurando que los estadounidenses y los rusos negociaban "un verdadero documento de alto el fuego".

Un responsable estadounidense aseguró en Ginebra por la noche que ambas partes estaban realizando "progresos" en vista a un "cese de las hostilidades" en Siria y para garantizarle a la población "un acceso sustancial y sin obstáculos a la ayuda humanitaria".

Poco antes de las 20H00 GMT, mientras que los diálogos habían entrado ya en su duodécima hora, Lavrov pidió a los periodistas que fueran "pacientes", afirmando que la parte estadounidense debía "hacer comprobaciones con Washington". Un oficial estadounidense subrayó que las negociaciones proseguían.

Washington y Moscú, que desde hace cinco años apoyan a bandos opuestos en este sangriento conflicto que ha dejado mas de 290.000 muertos y millones de desplazados, buscan reactivar el plan de paz adoptado a fines de 2015 por la comunidad internacional.

Reactivar el proceso de paz, en punto muerto, podría ser crucial pues la situación humanitaria se degrada cada día en ciudades como Alepo, en el norte de Siria, asediada completamente desde el jueves por parte del régimen.

"Ya no queda nada, ni verduras ni azúcar, y todo está caro", dijo a la AFP Omar Al Bik, un habitante que trataba de hacer sus compras en el zoco de Al Hellok, en el corazón del barrio de Tariq al Bab.

Tras cinco años y medio de guerra y caos en Siria, Kerry es acusado de correr tras Lavrov para intentar arrancar a cualquier precio un acuerdo en Siria, cuatro meses antes del fin de la presidencia de Barack Obama.

Son innumerables las reuniones entre los dos hombres, las últimas de ellas en el G20 de China el 4 y 5 de septiembre, y en Ginebra el pasado 26 de agosto.

Pero estos múltiples encuentros no han dado hasta ahora el menor resultado, pese a que el presidente ruso Vladimir Putin hablara de "cierto acercamiento de posiciones" tras una entrevista con Obama durante el G20. El propio Obama se limitó a decir que la conversación había sido "productiva".

Entretanto esta semana en Londres, la muy debilitada oposición siria presentó un plan de transición política.

Para estos rebeldes la situación sigue siendo muy complicada sobre el terreno, principalmente en Alepo (norte de Siria), donde las fuerzas del régimen, apoyadas por la fuerza aérea rusa, consiguieron rodear totalmente los barrios insurgentes.

También hubo un duro golpe para los insurgentes islamistas con la muerte el jueves de Abu Omar Saraqeb, comandante del "Ejército de la Conquista" --principal alianza de los rebeldes--, debido a un bombardeo en la provincia de Alepo, según el Frente Fateh al Sham (exFrente al Nosra).

Otro actor del drama sirio, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan afirmó haber acordado con Obama, durante la cumbre del G20 en China, "hacer lo necesario" para expulsar a la organización extremista Estados Islámico (EI) de Raqa, su "capital" siria.

Presente en el norte del país con tropas terrestres desde la semana pasada, Turquía anunció este viernes la muerte de tres de sus soldados, abatidos en una ataque contra su tanque del grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Por otro lado, Erdogan conversó esta semana con Putin por teléfono para hablar de un alto el fuego en Alepo, según la agencia de prensa progubernamental Anadolu. Rusia apoya al régimen de Damasco, a diferencia de Turquía, que pide la salida del presidente Bashar Al Asad.

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