EL PRESIDENTE DEL EPISCOPADO PIDE QUE NO SE TERGIVERSE EL SENTIDO DE LA NAVIDAD Y QUE SE DEJE AL PUEBLO “CON SU TRADICIÓN”

El cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), ha hecho un llamamiento un llamamiento a recuperar el sentido original de la Navidad. “La celebración de la Navidad es a veces tergiversada por ocurrencias que manifiestan o pérdida del sentido de lo celebrado o la intención de desviar la mirada de lo que realmente celebramos", afirma.
"Si no conectan con el motivo original, dejen al pueblo con su tradición. Navidad es el nacimiento de Jesús que desde el pesebre emite un mensaje de fraternidad y de concordia que no es legítimo oscurecer”, añade en la carta pastoral que ha redactado con motivo de las fiestas católicas.
Según Blázquez, el nacimiento de Cristo es una “lección preciosa” pero que “nos detenemos en lo espectacular, aunque sea hueco” y pasa inadvertido “lo humilde, aunque sea decisivo”. “Distraemos la atención en mil cosas y se nos escapa lo central”, sentencia, en referencia al misterio de Belén.
Por ello, explica en su escrito que, “la luz de Belén son un reflejo nuestras calles y plazas iluminadas. Las luces encendidas nos anuncian que la celebración del Nacimiento de Jesús está cerca, ¿o únicamente son un reclamo comercial para vender y comprar, para consumir y gastar?”
“Tanto las fiestas de Navidad como la Semana Santa muestran en nuestra sociedad y en nuestros pueblos y ciudades la impregnación humana y cultural de los acontecimientos cristianos que celebramos. Han enriquecido las expresiones folklóricas. Si estas manifestaciones no se relacionan adecuadamente con el centro emisor cristiano, parecerán como signos sin significado, como iniciativas enigmáticas, como realidades colgadas de las nubes. ¿Qué responderíamos a los niños cuando pregunten sobre el porqué de las fiestas y el sentido de las cosas?”, cuestiona el prelado.
La carta llama a entender la fiesta católica “no sólo” como “un acontecimiento que ha tenido lugar”, sino también por lo que “ilumina” en la vida personal y en la historia de la humanidad. “Navidad es también oportunidad para nosotros de hallar a Dios en nuestra vida. Hay signos, acontecimientos y personas que nos ayudan a buscar y a encontrar a Dios”, concluye el arzobispo, que cierra sus palabras deseando felices fiestas y “que la ternura de Belén cambie nuestros corazones de endurecidos a entrañables”.

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