La Policía italiana arresta a dos ucranianos sospechosos de tráfico de personas

Reuters/EP

Unos 50.000 inmigrantes llegaron en 2016 a las costas de Italia, un país que se ha convertido en uno de los principales destinos de los solicitantes de asilo. La mayoría son africanos subsaharianos que viajan en precarias condiciones y arriesgan su vida en aguas del Mediterráneo, donde son recogidos por guardacostas italianos o libios.

La Policía ha informado en un comunicado de que los presuntos traficantes trataron de alcanzar aguas internacionales mientras huían, después de haber dejado a 16 personas en una playa de Calabria. La Policía alcanzó la embarcación, que fue confiscada, y detuvo a los dos hombres que se encontraban a bordo.

El grupo de inmigrantes sirios, formado por dos niños, seis mujeres y tres hombres, identificaron a los sospechosos, que fueron llevados a prisión. "Las investigaciones están tratando de identificar a la organización que se encuentra detrás y que está traficando con personas sistemáticamente", ha señalado la Policía.

El tráfico de inmigrantes deja grandes beneficios a los traficantes, que se aprovechan de las consecuencias de la guerra civil siria y utilizan pesqueros y balsas para maximizar el beneficio obtenido.

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