Siria: Rusia y EEUU combaten sobre todo desde el cielo

Los rusos y los estadounidense, que acaban de establecer un plan para una tregua en Siria, tienen una implicación militar en el conflicto que se manifiesta principalmente en bombardeos aéreos.

Estas son las similitudes y las diferencias de la intervención militar de las dos potencias en Siria.

Los rusos intervienen apoyando al gobierno sirio, oficialmente para luchar contra los grupos "terroristas". Pero Moscú es acusado de bombardear en realidad a todos los grupos rebeldes que se oponen a Bashar al Asad, y no sólo a los extremistas del grupo Estado Islámico (EI) o al Frente Al Sham (ex-Frente Al Nosra, que renunció a su compromiso con al Qaida).

El apoyo ruso ha permitido a Damasco ganar terreno a los rebeldes en el oeste del país. Las fuerzas gubernamentales también han registrado algunos avances ante el EI, particularmente en Palmira.

Las fuerzas de la coalición internacional liderada por Estados Unidos tienen como objetivo ayudar a las fuerzas locales, la mayoría milicias kurdas sirias y sus aliados árabes, a recuperar los territorios conquistados por el EI.

Estas milicias kurdas sirias han retomado grandes extensiones de territorio en el noreste. Los aviones de la coalición también apoyaron la ofensiva de las fuerzas turcas y de los grupos árabes a finales de agosto para reconquistar una franja de territorio a lo largo de la frontera entre Turquía y Siria.

Actuando en apoyo al gobierno sirio desde el 30 de septiembre de 2015, los rusos cuentan con bases en el país, entre las que destacan la instalación naval en Tartus (oeste) y la base aérea de Hmeimim (noroeste), que alberga sofisticados misiles antiaéreos S-400.

Los aviones rusos lanzan ataques aéreos desde Hmeimim y Rusia, así como bombardeos con misiles disparados por sus barcos en el mar Caspio y el Mediterráneo, y por un submarino, o bien por aviones salidos de Irán.

Las fuerzas rusas están presentes en el terreno, incluidas las fuerzas especiales encargadas de conducir los bombardeos o ayudar a las fuerzas sirias a utilizar armas pesadas.

En junio, una ley aprobada por los legisladores rusos decía que cerca de 25.000 soldados y civiles rusos habían participado en la intervención militar en Siria desde su lanzamiento. Una veintena de soldados rusos han muerto en Siria.

Estados Unidos lanza bombardeos sobre todo desde la base aérea de Incirlik, en la vecina Turquía, donde dispone, entre otros, de aviones de ataque a tierra A-10 y de drones Reaper.

También puede llevar a cabo ataques desde el portaaviones que tiene de forma permanente en Medio Oriente, o desde sus bases aéreas en Jordania y los países del Golfo.

Estados Unidos utiliza una gran variedad de aviones para sus ofensivas, desde cazadores F-16 hasta bombarderos B-1 o B-52.

Washington también ha desplegado fuerzas especiales en Siria para asesorar a la coalición árabe-kurda de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) y dirigir mejor los bombardeos de la coalición.

Hasta 300 soldados de las fuerzas especiales estadounidenses pueden intervenir en Siria.

La CIA tiene también un programa clandestino de ayuda a algunos grupos rebeldes que luchan contra el régimen de Bashar al Asad, que consiste esencialmente en el suministro de armas directamente o a través de aliados.

Ningún soldado estadounidense ha muerto en Siria desde el comienzo de la intervención.

Desde el comienzo de los ataques de Moscú, los militares estadounidenses y rusos establecieron una célula para intercambiar a diario información sobre sus respectivas operaciones aéreas, con el fin de evitar cualquier incidente entre sus aparatos militares.

Los estadounidenses señalan que no se trata de una "cooperación" sino sólo de un intercambio de información.

Los estadounidenses acusan a los rusos de utilizar generalmente municiones no guiadas más letales para la población civil, mientras que ellos usan bombas guiadas por láser o GPS para un bombardeo preciso.

Las cifras publicadas por las ONG muestran que los ataques rusos han sido más letales para los civiles que los estadounidenses.

Según los datos citados por la ONG británica Airwars, los ataques rusos en Siria han matado a unos 3.000 civiles desde octubre de 2015, más que los que murieron por la coalición en Irak y Siria desde agosto de 2014 (entre 1.600 y 2.400 víctimas).

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