LA TEMPERATURA DE LAS AGUAS MARINAS DE ESPAÑA SUBIRÁ ESTE SIGLO DE 0,2 A 0,3ºC POR DÉCADA

- Según un estudio coordinado por la Oficina Española de Cambio Climático. Las aguas marinas españolas, tanto del Atlántico como del Mediterráneo, experimentarán durante este siglo un calentamiento progresivo de entre 0,2 y 0,3ºC por década y un aumento del nivel del mar de dos a cinco milímetros por año, sobre todo debido a la fusión de hielos.
Éstas son dos de las conclusiones del informe ‘Cambio climático en el medio marino español: impactos, vulnerabilidad y adaptación’, realizado por Diego K. Kersting en colaboración con numerosos investigadores y gestores, y coordinado por la Oficina Española de Cambio Climático (OECC), perteneciente al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
El informe fue presentado este jueves en una jornada en Madrid, en la que la directora general de la OECC, Valvanera Ulargui, destacó la importancia del Acuerdo de París en la lucha contra el cambio climático e indicó que “todos estamos llamados a la acción” en este sentido porque el calentamiento global “afecta a todos los sectores de la sociedad”.
Kersting desgranó el informe, que se inició con un seminario el pasado mes de abril y que incluye referencias de 481 trabajos y colaboraciones de instituciones públicas, universidades y ONG, entre otras entidades.
El estudio recoge algunas proyecciones en el medio marino español debido al cambio climático en función de variables físico-químicas. Por ejemplo, el Atlántico y el Mediterráneo se calentarán de 0,2 a 0,3ºC por década durante este siglo y se incrementará la salinidad en el Mediterráneo, tanto en la superficie como en aguas profundas, lo que provocaría cambios en la salinidad de las aguas intermedias del Atlántico.
Además, el nivel del mar aumentará entre dos y cinco milímetros por año, se intensificará el afloramiento en el noroeste ibérico entre abril y septiembre, y el oleaje bajará en el Mediterráneo, principalmente en invierno.
El cambio climático también provocará el declive de los bosques de macroalgas atlánticos, el aumento en la frecuencia de las mortandades de especies asociadas al calentamiento en el Mediterráneo y un posible retroceso de las praderas de ‘Posidonia oceanica’ en algunas zonas.
Asimismo, los valores de pH podrían causar a finales de este siglo cambios significativos en comunidades dominadas por organismos con esqueletos carbonatados, como el coralígeno mediterráneo o los fondos de ‘maërl’ (fondos sedimentarios en la zona fótica), y afectaría a especies de interés comercial como la anchoa, la alacha y la sardina.
MORTANDAD MASIVA DE INVERTEBRADOS
El informe incluye indicadores físico-químicos que evidencian el cambio climático en el medio marino español. Así, señala que la temperatura superficial del agua presenta tasas de calentamiento de 0,2 a 0,7ºC por década, la salinidad ha crecido en las aguas intermedias y profundas, el pH ha disminuido alrededor de 0,1 unidades durante el último siglo y el aumento del nivel del mar en el Atlántico norte se sitúa en torno a uno y dos milímetros por año durante el siglo XX y de cuatro a ocho milímetros a partir de los años 90, mientras que el del Mediterráneo descendió entre las décadas de los 60 y de los 90 para aumentar desde entonces a entre dos y 10 milímetros por año.
Además, los afloramientos se han debilitado en el noroeste del Atlántico y han aumentado en el suroeste de este océano, y la intensidad del oleaje ha crecido en la zona atlántica peninsular y el norte de Canarias, mientras que ha disminuido ligeramente en el Mediterráneo y al sur del archipiélago canario.
Por otro lado, el cambio climático ha desencadenado impactos en los organismos y el ecosistema marino español, puesto que el calentamiento del agua ha provocado episodios reiterados de mortandad masiva de invertebrados bentónicos durante los últimos 15 años en el Mediterráneo, ha disparado las tasas de mortalidad de ‘Posidonia oceanica’ en algunas zonas insulares del Mediterráneo, está provocando la regresión de los bosques de macroalgas atlánticos y cambios generalizados en la distribución de muchas especies, y puede favorecer el desarrollo de especies invasoras. “Todos estos cambios provocan una importante pérdida de biodiversidad y diversidad genética”, apuntó Kersting.
En cuanto a las especies y los hábitats vulnerables al cambio climático, están los arrecifes del coral mediterráneo ‘Cladocora caespitosa’, las comunidades que componen el coralígeno (característico de los fondos poco iluminados del Mediterráneo), las praderas de la fanerógama marina mediterránea ‘Posidonia oceanica’, las praderas ‘Zostera noltii’ y ‘Zostera marina’ de las costas atlánticas y mediterráneas, los bosques de macroalgas atlánticos, los arrecifes del vermétido ‘Dendropoma petraeum’ y los fondos de rodolitos y ‘maërl’, sobre todo en el Atlántico.
El informe propone medidas de adaptación para combatir el cambio climático, como la protección y la conservación de especies y hábitas vulnerables, la creción y el mantenimiento de áreas marinas protegidas, la gestión de la actividad pesquera basada en criterios de sostenibilidad, el fomento y el respaldo del seguimiento científico, y acciones de divulgación y sensibilización. “Hay evidencias muy claras de cambio y dudo que la sociedad sea consciente de ellas”, concluyó Kersting.

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