"Los niños una vez más son las principales víctimas de estas armas ilegales e indiscriminadas", ha asegurado la vicesecretaria general de la misión, Pernille Kardel.
"Quiero mandar un sencillo mensaje para los atacantes: dejad de usar estas armas si de verdad sois serios sobre la seguridad de civiles afganos y sobre las generaciones venideras", ha agregado.
Según datos de UNAMA, el pasado año se registro el mayor número de muertes provocadas por artefactos explosivos caseros y se calcula que desde 2009 más de 2.000 civiles han muerto y más de 2.500 han resultado heridos, fecha desde la cual la misión de la ONU comenzó a contabilizar las víctimas por este tipo de explosiones.
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