Abbott defiende la política del silencio con los botes de emigrantes ilegales

  • El primer ministro de Australia, Tony Abbott, defendió hoy la política de silencio que mantiene su Gobierno sobre las operaciones para reducir y controlar el flujo de inmigrantes ilegales que intenta alcanzar las costas australianas a bordo de frágiles barcos.

Sídney (Australia), 9 ene.- El primer ministro de Australia, Tony Abbott, defendió hoy la política de silencio que mantiene su Gobierno sobre las operaciones para reducir y controlar el flujo de inmigrantes ilegales que intenta alcanzar las costas australianas a bordo de frágiles barcos.

"Prefiero que me critiquen por ser algo reservado en este asunto y poder detener estas embarcaciones. No tiene sentido avivar los debates públicos. Y sí tiene sentido detener los barcos", declaró el conservador Abbott a la emisora 2GB Radio, según el diario Sydney Morning Herald.

El Gobierno australiano argumenta que las mafias de traficantes de personas que transportan por mar emigrantes ilegales a Australia se aprovechan de las informaciones que salen por los medios locales.

Las críticas contra Abbott han crecido en los últimos días, desde que Indonesia informó de que Australia había interceptado y devuelto a aguas indonesias a una embarcación con 44 inmigrantes, incluidas tres mujeres, el pasado diciembre.

Las autoridades australianas se negaron a comentar sobre el asunto con la prensa.

"Si los barcos (con ilegales) llegaban con un promedió de 50.000 al año, lo que sucedía en julio, y ahora apenas llegan, obviamente algo ha cambiado", aportó Abbott en defensa de la actitud del Ejecutivo.

Según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) del pasado noviembre, Australia registró al menos 17.000 llegadas marítimas de ilegales entre enero y julio de 2013.

Miles de emigrantes se embarcan cada año en Indonesia con el fin de alcanzar Australia para pedir asilo, pero la mayoría es interceptada por los guardacostas australianos y llevada a centros de detención en terceros países, mientras que otros naufragan y mueren.

ACNUR también critica desde hace tiempo las condiciones "inhumanas" en los centros de detención de inmigrantes que Australia financia en Nauru y Papúa Nueva Guinea.

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