El acusado del perdigonazo en la cabeza a un vigilante confiesa no tener licencia de armas

El acusado del perdigonazo en la cabeza a un vigilante confiesa no tener licencia de armas
El acusado del perdigonazo en la cabeza a un vigilante confiesa no tener licencia de armas
EUROPA PRESS
EUROPA PRESS

El acusado de herir en la cabeza a un vigilante del área azul, de la empresa municipal Barcelona Serveis Municipals (BSM), el 9 de marzo con una escopeta de perdigones ha reconocido ante la Guardia Urbana que no tenía permiso de armas y ha argumentado que estaba disparando con cuatro amigos a las farolas sin ser conscientes de haber dado a nadie.

En su declaración policial, a la que ha tenido acceso Europa Press, Marc P. relató que estaba en el terrado del piso de un amigo de la calle Ali Bei con otros tres amigos, y que todos habían tiroteado --con una escopeta y dos pistolas de aire comprimido-- contra una farola de delante del edificio, junto a un campo de fútbol.

Pese a que la Guardia Urbana admite en un informe que "no es posible determinar con exactitud quien de los cinco investigados realizó el disparo" y de todos ellos dijeron en sede policial que habían disparado al mobiliario urbano, la Guardia Urbana sólo acusa de un supuesto delito de lesiones a Marc P., con el agravante de uso de arma.

La Guardia Urbana llega a la conclusión de que pudo haber sido él porque en un primer momento el amigo que vive en ese piso, Isaac T., explicó "de forma espontánea" que quien había disparado hacia la calle había sido Marc P. y porque cree que los cinco investigados se pusieron de acuerdo para declarar que todos habían disparado para no facilitar así el nombre del que había herido al vigilante.

Por eso la Guardia Urbana acusa también a Isaac T. a Rodrigo G., a Artur R. y a Joaquim G. de un presunto delito de encubrimiento y a los cinco amigos les atribuye un delito de daños --por los destrozos de los perdigones el mobiliario urbano--, según un informe, consultado por Europa Press, que forma parte de la causa que investiga un juzgado de instrucción de Barcelona.

La víctima, vigilante del área azul, había relatado a la Guardia Urbana que estaba en la acera en la esquina de las calles Sardenya con Alí Bei y que, cuando se disponía a volver a su puesto para fichar, recibió un impacto muy fuerte en la parte trasera de la cabeza, pensando al principio que había sido una pedrada.

UN BALÍN EN LA CABEZA

Al llegar al punto donde debía fichar, una compañera le aviso de que tenía toda la chaqueta llena de sangre, con lo que se fue a un centro médico donde le extrajeron del cuero cabelludo lo que se comprobó que había sido un balín.

En el transcurso de las investigaciones, los agentes localizaron en el lugar de los hechos diferentes impactos de disparos en mobiliario urbano de la zona, como algunas señales de tráfico, semáforos y otras propiedades privadas.

Mostrar comentarios