Entre las víctimas figuran siete personas que fallecieron cuando un ferry volcó, tres residentes de la provincia costera en la que Koppu tocó tierra el domingo por la mañana, y un niño que fue golpeado por un árbol al caer, indicaron las autoridades locales y nacionales.
Unidades de rescate del ejército, del gobierno y de voluntarios intentaban ayudar, con barcas neumáticas, a los residentes que se encontraban en las decenas de localidades inundadas, explicó Nigel Lontoc, director adjunto de seguridad civil de la región.
"El nivel del agua está aumentando deprisa y hay gente sobre los tejados", explicó Lontoc a la AFP, e indicó que no había suficientes efectivos de rescate y que no sabía a cuántas personas se habría podido salvar.
Según Lontoc, varios miles de personas pueden estar atrapadas en esas localidades, aunque es pronto para determinar un número exacto.
Koppu llegó inicialmente acompañado de vientos con corrientes de hasta 210 km/h. Este lunes se encontraba sobre la costa noroeste de Luzon, la principal isla de Filipinas, y los vientos habían disminuido a 150 km/h.
Se prevé que el tifón no abandone el país hasta el miércoles.
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