Alemania en busca de una fórmula para disminuir los inmigrantes de los Balcanes

  • Alemania ya ha probado varias recetas en un intento desesperado por reducir los solicitantes de asilo de los Balcanes, como el alojamiento en campamentos especiales, la supresión de ayudas económicas o las campañas disuasorias.

Estos inmigrantes representan la mitad de las casi 300.000 solicitudes de asilo presentadas en Alemania desde enero. En los cinco primeros meses del año, llegaron bastantes más kosovares que sirios.

Y para este año, Alemania, principal destino europeo, espera un número récord de al menos 500.000 solicitantes de asilo.

Los ciudadanos de los Balcanes, con frecuencia de origen gitano, llegan a Alemania con la esperanza de un trabajo y una vida mejor, unas motivaciones que no valen el estatus de refugiado, reservado para las personas perseguidas. Como consecuencia, menos del 0,2% de las solicitudes prosperan, pero el procedimiento es largo.

Alemania tiene dificultades para alojar a los recién llegados y tramitar las solicitudes, por lo que busca por todos los medios parar la oleada invocando la situación de los "verdaderos" refugiados, empezando por los sirios que huyen de la guerra.

"El número elevado de migrantes que vienen de estos países acapara los recursos que necesitamos para ocuparnos de las personas procedentes de las regiones en crisis", explicó Manfred Schmidt, presidente de la Oficina para las Migraciones y los Refugiados (BAMF).

Desde hace semanas abundan las ideas y propuestas con el doble objetivo de desanimar a los candidatos y reducir los plazos de tramitación de los dossieres de las personas que llegan, de ser posible a seis semanas.

Con este objetivo, Baviera decidió recientemente separar a su llegada los inmigrantes procedentes de los Balcanes y reunirlos en centros de acogida. Este reagrupamiento permitirá "procedimientos de asilo rápidos para gente que no tiene ninguna perspectiva de poder quedarse, con el fin de desobstruir el sistema", justificó el jefe del gobierno regional, el conservador Horst Seehofer.

La opción elegida por Baviera, que aún no la ha aplicado, ha indignado a la izquierda y a las asociaciones de defensa de los inmigrantes.

Los detractores consideran que estigmatiza a algunas poblaciones y deja la puerta abierta a la violencia, en un país donde los incidentes contra los refugiados se multiplican.

Pero la responsable de los temas de migración en el gobierno, la socialdemócrata (SPD) Aydan Özoguz, no se opone a ello, los municipios lo han aplaudido y el gobierno regional de Sajonia (este) anunció esta semana su intención de hacer otro tanto.

Otros quieren intervenir en el origen del problema. La embajada de Alemania publicó anuncios en los periódicos albaneses recordando blanco sobre negro y en mayúsculas: "No hay asilo económico en Alemania".

Alemania también quiere conceder a Kosovo, Albania y Montenegro el estatus de "países seguros", como Serbia, Macedonia y Bosnia-Herzegovina, una iniciativa que ha tenido "un efecto moderador" en las llegadas de estos tres países, según la BAMF.

Para conseguirlo necesita el apoyo de los Verdes, un partido en la oposición pero con peso en la cámara alta del parlamento. Por el momento se oponen.

Entre los conservadores circula otra idea: suprimir o reducir los subsidios mensuales otorgados a cada inmigrante, de 143 euros. La ministra de Asuntos Sociales, la socialdemócrata Andrea Nahles, lo ha rechazado de plano.

Su partido, el SPD, que gobierna con los conservadores de Ángela Merkel, quiere dar una imagen de humanidad. "Yo también si fuera un padre de familia de Kosovo intentaría ir a Alemania", reconoció esta semana un político de SPD, Ralf Jäger.

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