(ampliación) once expertos propondrán al gobierno cómo mejorar el funcionamiento de la universidad


El Consejo de Ministros aprobó este viernes la constitución de un comité de expertos independientes y “de alto nivel” para la reforma del sistema universitario español, que integrarán once catedráticos y doctores de reconocido “prestigio científico”, “distintos perfiles biográficos” y diversas “orientaciones ideológicas”.
Así lo anunció en rueda de prensa el titular de Educación, José Ignacio Wert, para quien “tan fundamental” es la reforma de la universidad española que “el Gobierno requiere el consejo de expertos independientes” antes de acometer las necesarias medidas.
Según wert, esta comisión dispondrá de seis meses de trabajo para analizar el sistema universitario y elevar propuestas al Ejecutivo encaminadas a mejorar la rendición de cuentas, los sistemas de gobernanza y organización universitarios y la acreditación y selección del profesorado.
La catedrática de Bioquímica y presidenta de la Real Academia de Farmacia, Teresa Miras, presidirá el citado comité, que también integrarán Óscar Alzaga (catedrático y director del Departamento de Derecho Político en la Universidad Nacional de Educación a Distancia), José de Azcárraga (catedrático de Física Teórica de la Universidad de Valencia), Salvador Barberá (doctor en Economía por la Universidad de Northwestern), José Capmani (catedrático del Departamento de Comunicaciones y director del Instituto de Telecomunicaciones y Aplicaciones Multimedia de la UPV) y Elisa Chulia (licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia y doctora en Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Complutense de Madrid).
El grupo de expertos lo completan Luis Garicano (catedrático de Economía y Estrategia en la London School of Economics), Félix Goññi (doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra), Rafael Puyol (catedrático de Geografía Humana en la Universidad Complutense de Madrid y antiguo rector de ésta), Matías Rodríguez (presidente del Consejo Social de la Universidad Carlos III de Madrid) y Mariola Urrea (decana de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de La Rioja).
A juicio del ministro, “la amplia autonomía universitaria” consagrada en la LOU “no ha ido acompañada de un adecuado sistema de rendición de cuentas y “sólo hay que ver las graves dificultades económicas e irregularidades que se han detectado en la gestión de algunas universidades para comprobarlo”, señaló.
Durante los últimos años, ha tenido lugar un proceso de extensión y generalización de los estudios universitarios en España, de suerte que más de un millón y medio de españoles están en la universidad y el porcentaje de alumnos en la formación superior respecto al conjunto de estudiantes es superior a la media europea, afirmó Wert.
Este es el único indicador educativo para 2020 que “ya hemos conseguido”, prosiguió el ministro, y resaltó que el gasto por alumno es algo superior a la media de la OCDE.
Sin embargo, “a pesar de los ingentes recursos invertidos, no podemos calificar la situación de satisfactoria”, lamentó se Wert. “No hay ninguna universidad española entre las 150 mejores del mundo”, señaló, y el porcentaje de estudiantes que abandonan su carrera sin terminar asciende al 30% (frente al 16% de la media europea), declaró el ministro. “Si convertimos en dinero esta cifra, quiere decir que estamos tirando 3.000 millones de euros al año”, subrayó.
OPTIMIZAR RECURSOS
Para Wert, otros graves problemas son la ineficacia (más del 30% de títulos no llegan a los 50 alumnos de nuevo ingreso) y la dispersión (en España hay 79 universidades públicas y privadas, 236 campus, 2.413 grados universitarios, 2.758 másteres oficiales y 1.680 doctorados).
“Una de las razones que explica esa falta de eficiencia es que su crecimiento y desarrollo en muchos casos ha estado regido por criterios de oportunismo político”, apuntó el ministro, que recordó que la misma conferencia de rectores estimó un exceso la oferta en torno al 13%.
A ello hay que agregar la muy escasa internacionalización de la universidad española, con menos de un 5% de alumnos extranjeros (los docentes son incluso menos) y su nula movilidad (más del 93% de profesores consiguió plaza en el mismo departamento donde empezó).
“Como consecuencia de todo ello”, dijo, el sistema no resulta muy eficiente ni en la capacitación de los titulados superiores ni a la hora de favorecer su empleabilidad.
Según recordó, los universitarios de 25 a 29 años sin trabajo representan ya el 20,8% de los parados en ese rango de edad, y de ahí la necesidad urgente de “una reforma profunda del sistema”, concluyó.

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