Angustia y enfado entre los familiares de los bomberos desaparecidos en Tianjin

  • Tres días después de las devastadoras explosiones ocurridas en Tianjin, en el noreste de China, los familiares de los jóvenes bomberos desaparecidos están angustiados y encolerizados por la falta de información de las autoridades.

Desde que el miércoles por la noche varias deflagraciones de las que siguen sin conocerse con exactitud la causa sacudieran el puerto de esta gran ciudad industrial, el señor Liu no tiene noticias de su hijo.

El joven de 22 años acababa de entrar en el cuerpo de bomberos de Tianjin, metrópolis situada a 140 kilómetros de Pekín.

"Desde que vimos en la televisión las imágenes de la explosión hemos intentado llamarlo, pero es imposible contactar con él", declara su padre, en la cincuentena y originario de la provincia vecina de Hebei.

Para él es una certeza: su hijo, al que no veía desde hacía cuatro meses, se encuentra entre el millar de bomberos movilizados en el lugar de la catástrofe donde las llamas seguían ardiendo el sábado.

Las gigantescas explosiones, producidas en un almacén de productos químicos, han dejado al menos 85 muertos, entre ellos 21 bomberos, según el último balance del sábado.

Sin embargo, "las autoridades no nos han contactado", lamenta con la voz apagada mientras se ajusta el gorro azul típico de los obreros de la época maoísta.

Al igual que otra decena de personas en busca de información sobre sus seres queridos desaparecidos, Liu se dirigió el sábado al hotel Mayfair, a seis kilómetros del lugar de las explosiones, donde se celebran las ruedas de prensa de las autoridades.

Pero las fuerzas de seguridad les impidieron pasar a la sala: tras las puertas cerradas, los periodistas oían sus gritos y llantos, mientras los responsables municipales continuaban imperturbables con sus declaraciones.

Se trata de una escena sintomática de la forma en que Pekín trata de impedir que las víctimas y sus familias sean escuchadas cada vez que se produce un desastre, para que la cobertura mediática se concentre en los aspectos "positivos": el heroísmo de los equipos de salvamento o los rescates milagrosos.

Es el caso de historias como la de Zhou Ti, joven bombero de 19 años encontrado vivo el viernes por la mañana entre los escombros y cuya "valentía" se convirtió en el titular de los diarios chinos. "¿Está ya el incendio extinguido?", habría preguntado nada más salir de la inconsciencia, según aseguraban maravillados los medios estatales.

Pero en las redes sociales, numerosos internautas denunciaban el duro tributo pagado por los bomberos, la mayoría muy jóvenes y poco experimentados.

Los primeros equipos llegaron el miércoles al lugar del siniestro, antes de que se produjeran las explosiones, para apagar el incendio en el almacén.

Al parecer, echaron agua sobre las instalaciones en las que se almacenaban sustancias químicas peligrosas, ignorando que podían activarse en contacto con el agua, reportó el diario chino Nanfang Zhoumo, reputado por la seriedad de sus investigaciones.

Un factor determinante para explicar la potencia de las explosiones sucesivas, una de las cuales equivalía a 21 toneladas de TNT.

"No tenemos ninguna información, nada, el gobierno no nos habla, nos ha abandonado en la ignorancia", gritaba entre lágrimas una mujer en la cincuentena a la que no dejaron pasar a la rueda de prensa.

"¡Somos las familias de las víctimas! ¿Con qué derecho nos tratáis así?", se indignaba un joven mientras los guardias de seguridad lo alejaban por la fuerza.

Además de los bomberos, varios agentes policiales se encontraban entre los desaparecidos. Pese a tratarse de muertes confirmadas, según un responsable de la policía, siguen sin aparecer en los balances oficiales.

Las familias de todos ellos aún no entienden cómo las autoridades siguen sin dar explicaciones tres días después de la tragedia.

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