Armas, órganos, casa... la nueva revolución industrial es en 3D

    • En 2014 se consiguieron mover 3.300 millones de dólares, mientras que las estimaciones más conservadoras (Wohlers Report) prevén 4.000 millones para 2015 y 8.000 millones para 2019.
    • EEUU ha invertido 1.000 millones de dólares en el NAMII, centro que se encarga de ayudar a las pymes americanas a usar la impresión 3D.

Brazos robotizados, instrumentos musicales, piezas de ingeniería, juguetes, comida2026 y hasta casas son algunos de los productos que ha revolucionado la impresión en 3D. Hace muy poco nadie apostaba por esta nueva forma de producir, pero hoy en día ya es una realidad. 'La tercera revolución industrial', así lo denomina José Ángel Castaño, CEO de la empresa León3D, compañía española pionera en la venta de estas máquinas en nuestro país.

'Es una tecnología que está viva y que cada día está creciendo e implantándose en todos los sectores', afirma Castaño, que no ve límites en esta nueva y llamativa forma de hacer negocio.

'Creemos los que trabajamos en el sector que el límite suele ser la imaginación'.

Hoy en día cualquier persona puede hacerse una casa en 3D. Hoy, por 1.500 euros se puede adquirir una impresora que puede usar cualquiera y que permite hacer prototipos por un coste de 2-3 euros la pieza. Hay dos tipos de impresoras 3D, las de sobremesa y las industriales. Las primeras cuestan entre 500 y 3.000 euros y pueden imprimir solo plásticos. Las industriales van desde los 30.000 euros hasta el millón y pueden imprimir en casi cualquier material.

En China, una persona puede fabricar una casa de 200 metros cuadrados por 140.000 euros. Para poder construir esta vivienda se necesitó una impresora 3D de un tamaño gigantesco, sus dimensiones lo dicen todo: 10 metros de ancho, 40 de largo y casi 7 de altura y como material utilizado, los ingenieros optaron por una mezcla de cemento y residuos de la construcción para fortalecer los muros. La mansión se trata en realidad de una villa construida a tres alturas y con una superficie total de 1.100 metros cuadrados.¿Cuánto dinero mueve la impresión en 3D?

En 2014 se consiguieron mover 3.300 millones de dólares, mientras que las estimaciones más conservadoras (Wohlers Report) prevén 4.000 millones para 2015 y 8.000 millones para 2019.

Según los cálculos de '3D Printing Technology 2013 9 Dimensional Assessment', a lo largo de este año conseguirá incrementar su cuota de mercado hasta el 40%, más o menos.

No todos los países apuestan por esta revolucionaria tecnología. EEUU ha invertido 1.000 millones de dólares en el NAMII, centro que se encarga de ayudar a las pymes americanas a usar la impresión 3D, y los gobiernos de China y Singapur tienen centros similares¿Qué futuro tiene la impresión en 3D?

Los sectores de la Educación, la Alimentación e incluso la Medicina son algunos que ya han apostado por la impresión en 3D. 'En este tipo de sectores la impresión va a tener un gran impacto, por algo hablan de 3º Revolución Industrial', dice Castaño.

Una de las polémicas en torno a este nuevo mercado es la creación de armas de fuego. 'Estoy en contra pero quiero pensar que se va a poder imprimir órganos en lugar de armas', avisa Castaño que ve 'grandes expectativas' en el desarrollo de la impresión de órganos.

La creación de órganos aún es un gran desafío pero ya se ha podido reconstruir una tráquea o partes de un cráneo.

El pasado mes de agosto un niño francés de seis años, Maxence, recibió una mano que fue posible gracias a la tecnología tridimensional, y sin intervención quirúrgica, ya que se trata de un modelo básico que se fija con una cinta velcro y se usa como un guante.

Esa mano le permite agarrar una pelota pero no atarse los cordones de los zapatos, explicó Thierry Oquidam, el ingeniero informático que imprimió la mano mediante la red de la fundación filantrópica estadounidense e-NABLE.

¿Cuáles son los principales problemas a los que se enfrenta la industria?

Uno de los problemas a la que aún no está acostumbrada este tipo de industria es la lentitud de los procesos de impresión 3D. Se está trabajando para mejorarlo, pero los avances son aún poco relevantes.

Además, para fabricar un objeto del mismo peso y tamaño las impresoras 3D consumen entre 50 y 100 veces más energía eléctrica que los sistemas de moldeado por inyección, según un estudio de la Universidad de Loughborough.

Otro de los problemas es que muchos de los sectores industriales temen la expansión desbordante de la distribución de objetos protegidos con patentes mediante impresión 3D legal (a través de licencias) o ilegal (en el mercado negro).

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