Aumenta el apoyo de los palestinos a sus presos en huelga de hambre en Israel

  • Las muestras de apoyo popular en Cisjordania y Gaza a los presos palestinos en huelga de hambre en prisiones israelíes aumentaron hoy, seis días después de que se iniciara la protesta por las condiciones carcelarias que padecen.

Gaza, 3 oct.- Las muestras de apoyo popular en Cisjordania y Gaza a los presos palestinos en huelga de hambre en prisiones israelíes aumentaron hoy, seis días después de que se iniciara la protesta por las condiciones carcelarias que padecen.

En distintas manifestaciones que tuvieron lugar en la ciudad cisjordana de Ramala y en la franja de Gaza los manifestantes entregaron cartas a representantes de Naciones Unidas y del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en las que exigían a ambos organismos internacionales su intervención para frenar las duras medidas que soportan los presos, o su completa libertad.

Unos 2.500 de los 7.000 presos palestinos encarcelados en prisiones israelíes comenzaron el miércoles pasado huelgas de hambre de diferente grado con el fin de denunciar las restricciones que sufren por parte de las autoridades penitenciarias israelíes, según informó el Club de Presos Palestinos.

El Servicio de Prisiones israelí rebatió estos datos y su portavoz, la teniente coronel Sivan Weitzman, afirmó a Efe que el número total de presos en huelga completa de hambre desde el pasado martes es de 160, y que éstos son sometidos a exámenes médicos por el personal de prisiones para vigilar su estado de salud.

La portavoz aseguró que a ese número se suman presos que ingieren una comida al día o que ayunan uno o dos días a la semana.

En la ciudad cisjordana de Ramala, centenares de palestinos se dieron cita hoy, por segundo día consecutivo, en la céntrica plaza Al-Manara ondeando banderas palestinas y fotografías de reos que cumplen cadena perpetua en prisiones israelíes.

Durante la protesta, el ministro palestino de Asuntos para los Prisioneros, Isa Qaraqea, declaró a los periodistas que la comunidad internacional debe asumir su responsabilidad y proteger a los presos en cárceles israelíes de acuerdo con las convenciones y resoluciones internacionales, el derecho internacional y las leyes humanitarias.

Antes de sumarse a la manifestación, Qaraquea se entrevistó con representantes de la Cruz Roja en Cisjordania y al término del encuentro manifestó que el mundo "debe declarar a Israel como un Estado fuera de la ley que no respeta las convenciones internacionales, las leyes ni las resoluciones sobre prisioneros".

Los representantes del CICR confirmaron que su personal ha comenzado a visitar a los presos para conocer si los funcionarios israelíes no vulneran sus derechos a someterse a pruebas médicas y a no ser coaccionados para que acaben la huelga.

En Ramala los manifestantes también se concentraron frente a la sede de la Cruz Roja, al igual que en protestas similares desarrolladas en otras ciudades de Cisjordania, como Jenín, Belén, Hebrón o Naplusa, la más numerosa.

En Jenín, su alcalde, Qadura Musa, dijo a los participantes que la cuestión de los prisioneros es fundamental para los palestinos y que "su liberación es una condición indispensable sin la cual no habrá paz".

En Jerusalén Este tuvo lugar una convocatoria en la que fue Hatem Abdel Qader, encargado de asuntos de la ciudad en la Autoridad Nacional Palestina (ANP), el que entregó una carta a funcionarios del CICR en nombre de los familiares de los presos.

En la franja de Gaza, territorio controlado por el movimiento islamista Hamás, familiares de presos y representantes de varias facciones políticas erigieron una tienda frente a la sede general de Cruz Roja.

Allí, Atala Abu Sebah, ministro del Ejecutivo de Hamás encargado de los asuntos relacionados con los Presos, dijo que 1.500 reclusos de la cárcel de Ansar II, en el Neguev (sur de Israel), se sumaron hoy a sus camaradas en otras prisiones israelíes.

Varios de los presos no llevan a cabo, sin embargo, una huelga de hambre indefinida y se limitan a secundar la protesta de sus compañeros ayunando tres días a la semana.

Además de a ingerir alimentos, los presos también se oponen a atender las llamadas y horarios de los centros de detención y a obedecer las instrucciones de los funcionarios.

Sus principales demandas son el fin de las agresiones a los reclusos y de las penas de aislamiento, mayor flexibilidad en el régimen de visitas, la reagrupación de los hermanos y familiares en las mismas cárceles y que se permita a los internos estudiar.

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