Bélgica espera con dolor el regreso de las víctimas del accidente en Suiza

  • Bélgica sigue conmocionada por el accidente de autobús en el que murieron 28 personas, entre ellas 22 niños, y espera el regreso de las víctimas entre el dolor y la rabia por la falta de información, muy restringida hasta que se identifiquen todos los cuerpos.

Heverlee (Bélgica), 15 mar.- Bélgica sigue conmocionada por el accidente de autobús en el que murieron 28 personas, entre ellas 22 niños, y espera el regreso de las víctimas entre el dolor y la rabia por la falta de información, muy restringida hasta que se identifiquen todos los cuerpos.

Una espera "terrible" es la que se vive en Heverlee, localidad del colegio Sint-Lambertus donde estudiaban cerca de la mitad de los niños que viajaban en el autobús, según de Dirk De Gendt, miembro de la directiva de la escuela y diácono de esta pequeña ciudad de los suburbios de Lovaina (norte de Bélgica).

"Parece ser que no dan permiso para que los cuerpos sean trasladados", explicó De Gendt en una rueda de prensa ofrecida hoy por las autoridades locales.

Señaló que "el alcalde está más que enfadado, incluso furioso", por la situación.

Nueve de los fallecidos -siete niños y dos adultos acompañantes- y diecisiete heridos -dos de ellos de gravedad- vivían en Heverlee.

Sin embargo, estas cifras podrían variar, ya que aún no se ha terminado con las identificaciones, indicó De Gendt.

Los primeros cuerpos serán repatriados mañana, según informó el Gobierno belga, mientras que los primeros supervivientes volverán hoy mismo.

Los nombres de los fallecidos no se darán a conocer hasta que las autoridades suizas terminen las identificaciones, aunque un miembro de la dirección de la escuela Sint-Lambertus confirmó a Efe que tres niños con nombres españoles (Joaquín, Alba y Marc) viajaban en el autobús.

El colegio ha preferido no precisar los apellidos ni confirmar las nacionalidades, aunque fuentes diplomáticas dijeron a Efe que una de las 28 víctimas mortales del accidente del autobús belga en Suiza del pasado martes tiene la doble nacionalidad española-belga.

En la escuela de Sint-Lambertus hoy se trató de mantener la normalidad, pese al cordón policial que protegía la entrada y el mural hecho de dibujos, peluches y velas que han ido depositando los vecinos y amigos en memoria de las víctimas; en frente, los medios de comunicación aguardaban cualquier novedad.

Un grupo especial de psicólogos acudió hoy a la escuela para acompañar a profesores y alumnos en estos momentos.

Los niños centran todas las atenciones: a lo largo del día se han realizado lecturas y juegos con los que se ha tratado de abrir una ventana para que los pequeños expresen sus emociones.

Además, un aula ha sido habilitada especialmente para que pasen el duelo, "en silencio, para ayudarles a vivir esta experiencia", explicó De Gendt.

Las familias han recibido una carta en cada hogar con los números de información y un paquete con publicaciones sobre cómo hacer frente a las emociones que produce una pérdida tan traumática como esta y recibirán el apoyo de psicólogos a domicilio, tanto en los próximos días como más a largo plazo.

Tanto las autoridades locales como el ministro de Educación de la región de Flandes, Pascal Smet, que visitó el centro por la mañana, han pedido "respeto" a los medios de comunicación presentes y que no tomen imágenes de los niños.

Todos los asistentes a la conferencia de prensa guardaron un minuto de silencio en memoria de los fallecidos, un homenaje que se repetirá mañana a las 10.00 GMT en todo el país.

Para los funerales se esperará a que regresen todas las familias y decidan, según De Gendt.

La jornada también fue negra en Lommel, ciudad cercana a la frontera con Holanda, donde se sitúa la escuela 't Stekske a la que pertenecía el resto de las víctimas: 15 niños y dos adultos fallecidos y siete heridos (dos de ellos graves). Los chóferes también murieron en el accidente.

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